Boca terminó jugando a lo Boca y por eso cumplió su objetivo de clasificar a las semifinales de la Copa Libertadores. Lo hizo en la recta final del partido. Es más, recién en el largo descuento que dio el árbitro uruguayo. Antes, bien retrasado, no había podido frenar la locura del Cruzeiro por romper el cero. Y con el equipo brasileño ganando 1-0 todo era peligroso para el Xeneize.

Por eso el Mellizo Barros Schelotto acertó con los cambios. Primero mandó a Gago a la cancha para organizar más el juego ofensivo. Y después metió a un delantero de área como Wanchope Abila. La ecuación tuvo su premio en el descuento mencionado. Un pelotazo del fondo fue bajado con el pecho por Wanchope y Pavón, entrando en velocidad, fusiló al arquero local. Fue empate. Fue el 1-1 que depositó a Boca en las semifinales.

 

Por poco. Izquierdoz y Magallán no pueden conectar al gol ante el desprotegido arquero brasileño. Al final fue empate y clasificación Xeneize.

 

Ahora se le viene otro brasileño: Palmeiras. Será igual de difícil o tal vez más que anoche. Pero anímicamente para Boca ya es otra cosa.

Lo de anoche tuvo pasajes disímiles. Es que en el primer tiempo y en gran parte del segundo, el equipo argentino eligió defenderse y apostar por algún contragolpe. Tuvo en Buffarini y Nández a dos guerreros. Pero careció de ideas en el mediocampo, por eso sus aproximaciones ofensivas fueron escasas. Cruzeiro, que tuvo varias impresiones, hasta terminó enojado por considerar que el árbitro tuvo fallos erróneos. Y, desde que abrió el tablero, hizo preocupar a Boca. Pero llegó ese gol del empate en el descuento y fue caso cerrado.