Boca Juniors venció a Platense, dirigido por Martín Palermo, por 3 a 1, en partido de la cuarta fecha del campeonato de la Liga Profesional de Fútbol.
La victoria boquense se concretó con goles de Nicolás Figal, Miguel Merentiel y Norberto Briasco, mientras que la paridad circunstancial de la visita fue de Nicolás Servetto.
El ganador fue de menor a mayor en su rendimiento, porque tuvo un mal primer tiempo y una segunda parte donde mejoró el juego y la actitud.
En esa etapa por momentos consiguió mostrar una cara diferente a la deslucida en el juego que tuvo en los últimos partidos, ante un rival que le jugó de igual a igual en la primera parte, pero que se fue diluyendo en el final, mientras su rival crecía en el dominio.
Con buenas actuaciones de Oscar Romero, Ezequiel Fernández, el oportunismo de Luca Langoni y la buena tarea del ingresado Cristian Medina, se llevó tres puntos que "el mundo Boca" necesitaba después de esa caída en Córdoba ante Talleres,
El cambio del juvenil Medina, de 20 años, por Alan Varela a los 17 minutos de la etapa final, hizo que pasara "Equi" Fernández a la posición de volante central y que en el medio hubiera otra dinámica, ya que el ingresado aportó inteligencia y mejoró el traslado.
Al término del primer tiempo Boca se fue con la victoria sin merecerlo, ante un rival que con pocos méritos lo complicó y tuvo situaciones como para merecer por lo menos la igualdad en un desarrollo apenas discreto, en el que Figal se anticipó a las intenciones defensivas de los hombres de Platense y con un cabezazo abrió el marcador a los 9 minutos. El mismo Figal no fue efectivo en la marca, Servetto lo superó y logró una lógica igualdad, dos minutos después.
Langoni provocó una pérdida de pelota en la mitad de la cancha e inicio un contragolpe, que culminó en gol, cuando Merentiel recibió el rebote que dio el arquero luego del remate del joven delantero.
En el segundo tiempo se vio otro Boca, que sin ser brillante, fue muy superior a su rival y justificó la victoria, que terminó de consolidarse a la media hora de la parte final, cuando Briasco, en jugada personal, gambeteó a un defensor rival y cruzó un fortísimo remate alto que superó la estéril defensa de Arce.
De allí en más todo fue fiesta, Boca volvió a ilusionar a su gente.