El miércoles pasado, en su última declaración ante el Tribunal Oral 1, que lo juzga por enriquecimiento ilícito, el exsecretario de Obras Públicas del kirchnerismo, José López, ofreció una versión de los hechos que terminaron en la histórica escena de los bolsos con 9 millones de dólares en un convento religioso de General Rodríguez, más compatible con la que le había contado al juez Claudio Bonadio como arrepentido en la causa de los cuadernos de las coimas.
Entre otras sorpresas -a las que López viene acostumbrando con sus giros y palabras-, el exfuncionario mencionó a dos jueces federales: Daniel Rafecas y María Servini. A Rafecas lo vinculó directamente con los Kirchner, y respecto a la titular del juzgado 1 dijo que la había visto alguna vez en el monasterio que dirigía la veterana hermana Alba.
"En el convento de General Rodríguez (en la provincia de Buenos Aires) vi a Julio de Vido (exfuncionario kirchnerista), a su esposa (Alessandra Minnicelli), a Alicia Kirchner, al exintendente de Avellaneda (Carlos) "Cacho" Álvarez, a la jueza María Servini de Cubría. (El exobispo de Mercedes-Luján Rubén Di Monte, tutor del monasterio de General Rodríguez) Rubén "Di Monte tenía muchos amigos y conocidos", afirmó López. Aunque sorprendieron, las menciones a los dos jueces federales no los comprometen en ningún supuesto delito.
Asimismo, dijo que conoció a "Di Monte en el 2003 en la oficina de De Vido, con motivo de una audiencia que pidió con monseñor Oscar Sarlinga sobre la licitación de la Basílica de Luján".