Borys Yevsyukov habla desde su hogar en San Juan y confiesa que lo que está pasando en Ucrania, su país natal, le parece "increíble y un horror". Tiene 39 años, llegó a Argentina en 1998 y después de haber estudiado a Buenos Aires, el amor lo trajo a San Juan donde comenzó a formar su familia hace 7 años. Hace casi 2 semanas se vio tan sorprendido como el resto del mundo por la invasión de Rusia a su país, donde viven sus familiares y amigos. Y al dolor de la guerra se le sumó el no poder entender la reacción de sus allegados. "La guerra separó a todos mis amigos, logró la división del pueblo ucraniano", reflexionó.

Mientras trata de mantenerse neutral y sigue comunicado con todos sus allegados que viven la guerra en primera persona, Borys cuenta que, "vivo esto con mucho dolor. Tengo poca familia pero tengo muchos amigos allá y hay una enorme división del pueblo ucraniano. Unos se manifiestan pro rusos, otros pro ucranianos y otros no quieren ser nada. Están todos divididos. No sé qué pasó entre mis amigos y sus ideas, no estuve allá estos últimos 20 años, así que soy el nexo, me mantengo neutral y sigo comunicado con todos".

Para agregar: "Es todo muy parecido a lo que pasó en Yugoslavia, ahí dividieron a la Nación por el tema de la religión. Aquí, la guerra tiene que ver con si sos ruso o no. Hay gente que no se habla dentro de mi familia, de mis amigos. Siempre hubo algunas personas más pro rusas, otros más pro europeos. Pero ahora hay muertes, hay miedo y eso hizo que todo escalara. Es muy conflictivo. Causa mucha bronca. Y el odio no se va ir en poco tiempo, es un odio auspiciado, que en realidad no le conviene ni a los rusos ni a los ucranianos ni en los europeos".

"Desde que estoy acá nunca volví a Ucrania, sí fui a Rusia por trabajo", contó Borys, que compartió una fotografía de él cuando era niño, en su país.

Al describir lo que sintió al enterarse del inicio de la guerra, el hombre que es músico y tiene un hijo sanjuanino de 5 años llamado Iván Salvador, relató que "fue un horror, no lo podía creer, todavía no puedo. Esto en realidad empezó en 2014, fue ahí cuando los rusos invadieron al pueblo ucraniano y empezaron a usarlo como escudo humano. Los misiles caían cerca de las escuelas pero nadie se hace cargo. Sin embargo, nunca pensé que se iba a llegar a esto. Y lo peor es que no sabemos cuándo va a terminar, no se vislumbra un final, sumado a eso ahora se habla de misiles nucleares, lo que genera aún más pánico y hace que los combates aumenten".

Su familia entre bombas

Borys nació en Odessa, una de las primeras ciudades tomadas por los rusos en el inicio de la invasión. Pero su padre, de 60 años, vive junto a su abuela de 88 en Lugalnsk, una provincia que desde el 2014 se militarizó con la ayuda de la Rusia, reconocida como país separatista. "Ahí todo está más tranquilo ahora que hace 3 meses. Porque Ucrania la quiso recuperar, era bombardeaba  por el propio ucraniano. Pero la situación es súper inestable de todos modos", contó Borys.

Borys (de pie) junto a su padre y sus hermanos.

Y agregó: "Yo le pido a mi viejo que se vaya. Pero no él no se quiere, dice ‘esta es mi casa y me voy a quedar acá’. Él vive con mi abuela, que tiene 88 años y ya ni siquiera pueden bajar al búnker cuando escuchan las sirenas, porque ella no puede bajar 4 pisos de escaleras. Es terrible, porque ella vivió en la época en la que, en conjunto, luchaban contra los nazis. Ahora, Rusia lucha contra ellos". 

A la vez, contó que, por estos días, habla mucho con su familia y amigos de allá. "Hay mucha desinformación en esta guerra, los medios son una herramienta más. Acá, en algunos casos, se puede ver las dos caras. Pero allá, no. En Rusia muestran sólo una cara. En Ucrania sólo una cara. Tengo un primo que vive ahora en Odessa. Hablé con él y desde acá ya sabíamos que el ejército ruso estaba rodeando su ciudad, él se enteró por nosotros y horas después escuchó las sirenas", contó Borys.

Para finalizar reflexionó: "Después de todo lo que pasó con la pandemia, ahora se da este conflicto en el que se habla incluso de armas nucleares. Lo que pienso es que lo mejor que podemos hacer es disfrutar lo que nos quede de vida a cada uno".