La Confederación Sudamericana de Fútbol ( Conmebol ) no tenía hoteles en las diferentes ciudades del continente, sino búnkeres. Cada vez que se organizaba un congreso o una reunión de comité ejecutivo, los lobbies y los cafés se llenaban de dirigentes, allegados y empresarios de la pelota. Estaban todos. En octubre de 2014, el comité ejecutivo de Conmebol se reunía con un nuevo integrante: el argentino Luis Segura , antiguo vicepresidente primero de la AFA, reemplazaba en el órgano de gestión al fallecido Julio Humberto Grondona . El búnker, como tantas otras veces, era el hotel Bourbon, un cinco estrellas de cuya facturación la Conmebol cobra regalías y en el que además hay una placa conmemorativa de su construcción: ninguno de los apellidos que figuran continúa en su cargo.

 

Burzaco llegó preocupado a aquella reunión. “Creía que con Grondona muerto, Torneos y yo habíamos quedado huérfanos”, respondió ante la consulta del fiscal Samuel Nitze. La primera reunión en el Bourbon fue con el flamante presidente del fútbol continental, Juan Ángel Napout, y su principal aliado estratégico: el brasileño Marco Polo Del Nero, número dos de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). “Fueron directo al grano”, recordó Burzaco. Y agregó: “Me pidieron que les explicara el total de las coimas que Grondona recibía por la Libertadores y la Sudamericana. Eso hice”.

 

Fiscal: -¿Qué instrucciones recibió después?

 

Burzaco: -Todo el esquema de cómo distribuir las coimas que Grondona solía recibir entre todos los ejecutivos de la Conmebol que recibían sobornos en aquel tiempo, octubre de 2014. Además, ellos resolvieron quién recibiría dinero y cuánto cobraría Luis Segura como el nuevo presidente de la AFA, porque Segura ya me estaba preguntando cuánto había para él.

 

Burzaco contó cómo era la distribución de los fondos: “Les expliqué que Rafael Esquivel (Venezuela), Luis Bedoya (Colombia), Luis Chiriboga (Ecuador), Sergio Jadue (Chile), Carlos Chávez (Bolivia) y Juan Ángel Napout (Paraguay) recibían US$ 400 mil por año. Y lo primero que me pidieron fue subir esa cifra a US$ 500 mil. Pero Marco Polo (Del Nero) interfirió y dijo que en el caso de Napout, como era ahora presidente, yo tenía que darle trato preferencial y aumentarle el pago a US$ 1,2 millones por estos torneos. Napout agradeció, pero hizo un comentario pequeño diciendo que quería seguir cobrando US$ 500 mil a través de los Jinkis, y que después, en un segundo paso, decidiéramos cómo iba a recibir el extra de US$ 700 mil”.

 

En ese momento, Del Nero y Napout conformaban la alianza gobernante. A punto tal que Burzaco recordó en la corte las palabras del paraguayo: “Ahora, Marco Polo Del Nero será nuestro líder global en FIFA y se mantendrá unidos a nosotros en Conmebol”. Después de elogiar a su colega, Napout lanzó el pedido. Según Burzaco, el paraguayo le dijo: “Entonces, sugiero que a los brasileños (Del Nero y Marín) se les suba el monto de US$ 900 mil a US$ 1,2 millones por la Copa Sudamericana y Libertadores, para que estén a mi nivel”.

 

Bastó que Napout sugiriera ese aumento para que, según Burzaco, su compañero Del Nero le hiciera un comentario. “Me dijo: ‘Alejandro, por favor…esperá a que pasen seis meses. Hasta junio, para el pago de los 1,2 millones, porque no voy a compartirlo con José María Marín. Me voy a quedar con los 1,2 millones enteramente para mí, porque Marín entonces no estará en la presidencia de la CBF”, relató Burzaco al fiscal.