-¿Cómo puede describir el Plan de los Mil días en términos de política pública?

-Partamos de lo que significan los 1.000 días que dan nombre a este plan. Son los 1.000 días críticos en la vida de un ser humano, por la importancia que tienen para la formación de la persona esos primeros días de vida desde el momento de la concepción y hasta que cumplimos dos años. En ese tiempo es cuando se produce un rapidísimo crecimiento y se forman órganos como el cerebro, los huesos, el resto de los tejidos y órganos, por lo cual es fundamental el estado nutricional del ser humano, junto a otros contenidos como el amor de la madre y de la familia. Es la etapa más importante por todos los beneficios nutricionales e inmunológicos que le van a servir a un ser humano para toda la vida.

-¿Si esto no ocurre los órganos pueden verse afectados?

-Vamos a un caso puntual como el del cerebro, que es el que más se destaca en estos 1.000 días, donde el desarrollo y crecimiento prácticamente de la masa encefálica se duplica y la sinapsis neuronal se multiplica exponencialmente. El doctor Abel Albino lo definió bien: aquí es cuando se produce "el cableado" del cerebro y la buena nutrición es el shock energético de ese cableado. Entonces, si un niño se desarrolla en esos mil días con todas las condiciones necesarias, imaginate lo que le estamos entregando a futuro, a la etapa educacional, porque con un cerebro bien desarrollado va a tener las máximas condiciones de educabilidad.

-Si un niño no está bien nutrido, ¿tendrá un menor nivel intelectual durante su educación?

-Absolutamente. Una mala nutrición está científicamente comprobado que produce un deterioro del crecimiento, de la salud mental, en la duración de algunos órganos. Es la base para muchas patologías como la obesidad, la diabetes, la hipertensión.

"Un niño gordito no significa que está bien alimentado, porque come comida con exceso de hidratos de carbono, poca proteína, esto se nota mucho en las escuelas primarias". 

-¿Cuál es la meta puntual del plan?

-Hay muchas patologías cuya base se asienta en estos primeros 1.000 días críticos y a esto apunta el plan, a generar un buen desarrollo nutricional, un buen seguimiento de la mamá y del niño, apuntar mucho a lo que es el periodo de lactancia. Estamos convencidos y para nosotros es una política de Estado, en donde los resultados no se verán en forma inmediata, recién los primeros esbozos en la etapa en la que el niño llegue a la escuela primaria. Es una política a largo plazo que tiene como meta que haya personas sanas.

-¿Por eso es una política sanitaria?

-Exacto. Por eso es el ejército que nosotros hemos armado. Hemos capacitado a casi 1.000 personas para lograr este objetivo, entre médicos, obstetras, pediatras, psicólogos, asistentes sociales, nutricionistas. Hemos generado una estructura piramidal donde en la cabeza de todo va a haber un equipo y la responsabilidad toda va a ser de ese equipo. Por eso insistiremos en la capacitación permanente, para estar en todos los detalles de la operación porque va a mover a mucha gente.

-¿El plan apunta a la gente sin obra social? 

-Cualquier política de Estado lo que busca es la equidad. La equidad es que todos los niños en gestación, que estén por nacer o que hayan nacido, estén en igualdad de condiciones, que reciban las mismas posibilidades de desarrollo en general. Entonces el plan tiene que apuntar con más fuerza sobre el sector vulnerable y estimular a las clases sociales medias y altas que no lo necesiten, que colaboren a través de convocatorias, consejos y sobre todo la parte educativa.

-¿Ya se está trabajando para articular la iniciativa con otras áreas de gobierno?

-Sí y hay un gran interés desde la gente del Ministerio de Educación de comenzar a generar una currícula escolar que tome elementos para complementar este plan. Otra área con la que habrá interacción es Deportes. Buscamos un cambio cultural hacia la buena nutrición, esto se logra desde la enseñanza, en la casa primero, luego en las escuelas. Una cosa es desnutrición, mala nutrición y buena nutrición. Esto último es lo que queremos lograr y son conceptos distintos, desde la falta de alimentación a una mala alimentación con sobrecarga de hidratos de carbono que dan como resultado obesidad y diabetes infantil, algo que vemos mucho en estos días. La buena nutrición hace a un niño equilibrado y sano.

-¿Qué modelo tomaron para el diseño del plan?

-Hemos tomado diferentes modelos adaptados a la realidad de San Juan. Chile tiene un gran modelo que es "Chile crece contigo" pero sobre la base que Chile viene trabajando con esto hace más de 30 años, ellos ya tienen muchos resultados, por lo tanto el trabajo de ese país no cubre las expectativas que nosotros tenemos para nuestra realidad. Otro ejemplo es el programa "Prospera" de México, que es una cosa similar.

-¿Hicieron estudios previos para definir el modelo adaptado a San Juan?

-Se hizo un estudio pormenorizado de todo lo que hay en el mundo sobre esto. Tuvimos la gran colaboración del Cesni, el Centro de Estudios para la Nutrición Infantil, de Buenos Aires, cuyo director es el doctor Esteban Carmuega. Fue a quien primero recurrió el gobernador Uñac cuando le pasamos los índices nutricionales que teníamos, la capacidad y cuál era la problemática. Que no es que fuéramos la peor de las provincias, pero observando la realidad de San Juan, hay índices que se pueden mejorar. Es así que en el transcurso de los 1.000 días detectamos la necesidad de 47 intervenciones.

 

-¿Como cuáles?

-Por ejemplo, las más clásicas. En el primer periodo del embarazo no se lleva en la población más vulnerable un buen control del peso, la talla y el hierro. Esa es una intervención para empezar con el aporte de hierro por ejemplo. La segunda intervención sería sobre el final del embarazo, con el aporte de calcio, porque detectamos que en las poblaciones más vulnerables hay déficit. Tiene que ver con distintas evaluaciones, dentro de todo ese periodo determinamos que teníamos que intervenir 47 veces.

-¿Hay algunos departamentos para apuntalar más con estas intervenciones?

-Decididamente hay departamentos en donde por las condiciones de vida o por la geografía, o por la difícil accesibilidad a ciertas condiciones, hay poblaciones un poco más vulnerables. Incluso dentro del Gran San Juan hay zonas donde uno debe actuar con más énfasis. Por eso es que nuestro equipo de trabajo está haciendo una clasificación de los lugares que más tienen que ser apuntalados.

-¿Cuáles son?

-Por ejemplo el departamento 25 de Mayo. No es un departamento que se lo califique de pobre, pero pese a que tiene cierta densidad de población está distribuida en forma dispersa, muy alejada. Ese fue el significado de la falta que hace un hospital en 25 de Mayo, un hospital que sea derivador. Hay departamentos como Albardón que son más concentrados, que tienen una muy buena distribución de los puestos de salud y donde por ahí se hace más fácil la llegada a la gente.

-¿Y dentro del Gran San Juan?

-Tenemos sectores, nombrar algunos sería olvidarme de otros y no quiero hacer eso. Pero dentro del departamento Rawson, hay zonas al sudeste que por la densidad poblacional que tienen y por las condiciones de precariedad que tienen, tenemos que apuntalar. Nos pasa lo mismo en algunas zonas de Chimbas, también en Caucete. Lo importante es que lo que se intenta con esto buscando siempre la equidad es dar las mismas posibilidades de crecimiento a cualquier niño de la provincia.

-¿Cuál es el perfil de la situación materno infantil de San Juan y cuáles son los índices que más preocuparon para apuntar a esta iniciativa?

-No podemos decir que San Juan tuviera altos índices de desnutrición porque sería un mentiroso. No es así porque la provincia tiene desnutrición pero no en valores preocupantes. A nosotros lo que más nos preocupó para observar este programa fue la mala nutrición. ¿En qué veíamos eso?, en un elevado índice de obesidad infantil y también de diabetes. Un niño gordito no significa que está bien alimentado, porque come comida con exceso de hidratos de carbono, poca proteína, esto se nota mucho en las escuelas primarias. Por eso es necesaria la ayuda en el sector de Educación, y también tenemos que trabajar en conjunto incluso con Deportes.

-¿Cuál es la inversión prevista?

-Si uno observa los beneficios que va a traer para la provincia la inversión es menor, el programa va a cubrir 300 millones de pesos pero cuando lo hayamos completado en todo su desarrollo y todo con fondos del Estado provincial. En esta primera etapa el valor va a ser menor, porque al comenzar con el plan se inicia con las embarazadas. A medida que se vaya evolucionando, niños hasta los seis meses primero, luego al año, luego a los dos años.

-¿Es un plan que puede romper con el círculo de la pobreza?

-No me hubiera entusiasmado si no estuviera convencido de esto. Uno de los grandes causales de la pobreza es la falta de preparación. Parece bizarro, pero a veces pobreza es sinónimo de falta de educación y viceversa. La falta de educación lleva a la pobreza. El tema es que no podemos pensar en una buena educación sin personas sanas, un niño que se duerme en la escuela porque sólo desayunó mate cocido o, en el peor de los casos, es lo único que comió durante el día con un pedazo de pan, difícilmente puede estar en condiciones de atender y rendir en su clase.

"El plan tiene que apuntar con más fuerza sobre el sector vulnerable y estimular a las clases sociales medias y altas a que colaboren con convocatorias, consejos y sobre todo la parte educativa".