El rey Felipe VI envió ayer un mensaje de esperanza a los españoles ante la crisis del coronavirus y fue repudiado en simultáneo con un cacerolazo masivo desde los balcones de todo el país, debido a la indignación social que provocó su actitud en el último escándalo provocado por las finanzas turbias de su padre.
La sonada protesta contra el monarca fue convocada a través de las redes sociales para pedir que se obligue al rey emérito Juan Carlos que la done al colapsado sistema de salud público los 100 millones de euros que supuestamente recibió de Arabia Saudita en concepto de coimas.
El de anoche fue el segundo cacerolazo del día contra el rey, ya que hubo una al mediodía. "Esta es una crisis que estamos combatiendo, que vamos a vencer y superar", aseguró Felipe VI.