Los partidos se ganan con goles. No alcanza con jugar bonito, tener la pelota si a la hora de concretar, se perdona. Y ese castigo terminó siendo cruel para el Atlético San Martín que en una noche más que negra perdió feo contra Tristán Suárez por 3-0, en un momento decisivo de la temporada. La caída fue dura para el equipo de Antuña que volvió a repetir una faceta frágil a la hora de convertir para terminar pagandolo con una goleada inesperada.
Fue un arranque furioso y voraz en San Martín. Presionó la salida, ganó la pelota y se le fue encima a un Tristán Suárez que sintió el impacto. A los 5′ Matías Giménez tuvo la más clara para abrir el marcador, al cabecear por encima del travesaño un centro de Aranda. A los 9′, el propio Aranda tuvo su chance y no definió bien. Era el momento sanjuanino en la cancha pero a los 18′ de una pelota intrascendente, Tristán encontró el premio mayor cuando Nuñez decidió rematar y en el camino, la pelota encontró el pie izquierdo de Escudero para descolocar a Avellaneda y poner arriba al local cuando menos lo merecía.

Desde ese momento y después de asimilar el impacto, San Martín volvió al ataque y a los 31′ Sebastián González le quemó las manos a Cabrera quien sacó un tiro sensacional en el ángulo. No hubo caso, no tuvo premio San Martín que en ese primer tiempo hizo todo el gasto pero la ganancia fue ajena.
En el complemento, los primeros 10′ fueron de San Martín. Dominio de pelota, control pero sin peso ofensivo para sus males porque bastó que Tristán Suarez fuera al área sanjuanina para que a los 12′ empezara la debacle Verdinegra cuando Tecilla cabececó solo y venció a Avellaneda para poner 2-0 arriba al local. Ahí, se desmoronó San Martín. Golpeado, sin reacción fue presa de sus ansiedades y Oyola sería el verdugo para las pocas esperanzas sanjuaninas al colocar el 3-0 lapidario. Antuña intentó sacudir a San Martín con cambios pero no hubo respuesta. Quedaron los minutos finales para ver la impotencia de un Verdinegro que no supo resolver sus momentos de partido para terminar siendo presa de su impotencia.
