Dolor en la cintura, el abdomen y de cabeza. Muchas ganas de orinar, de ir al baño, vómitos, náuseas y escalofríos. Es una de las consultas frecuentes en emergencias y consultorios. Los litos o cálculos renales, vulgarmente llamados “piedras de riñón”, son en realidad nefrolitiasis o urolitiasis. Cuando estos cálculos se movilizan por la vía urinaria, pueden generar un malestar muy intenso, llamado cólico renal.
Si bien existen muchos tratamientos, la alimentación también influye. Un nuevo estudio, llevado a cabo por investigadores de la Clínica Mayo (cuyos resultados se han publicado en Mayo Clinic Proceedings), hace énfasis sobre las necesidades dietéticas para evitar estos cálculos renales.
Según los expertos, quienes tienen dietas bajas en calcio y potasio, con escasa ingesta de líquidos, cafeína y fitatos, son quienes tienen una mayor probabilidad de desarrollar un cálculo renal por primera vez.
Los especialistas le realizaron un cuestionario a 411 pacientes que habían experimentado cálculos renales por primera vez, y a un grupo de control de 384 personas, todos atendidos en la Clínica Mayo de Rochester y la de Florida, entre 2009 y 2018.
De todos los pacientes investigados que habían experimentado un cálculo renal, 73 sufrieron un cálculo recurrente tras una media de 4.1 años de seguimiento. Y, según análisis posteriores, los niveles más bajos de calcio y potasio predecían dicha recurrencia.
Por otro lado, también influyó la poca ingesta de líquidos (ya sea agua, y el que aportan frutas y verduras): menos de 3,4 litros al día se asociaría con la formación de cálculos renales por primera vez. A su vez, el bajo consumo de líquidos y cafeína hace que las personas orinen menos, lo que también influye en la generación de litos.
Los fitatos, compuestos antioxidantes presentes en cereales integrales, frutos secos y otros alimentos capaces de aumentar la absorción de calcio y la excreción urinaria de calcio, también son muy importantes en la dieta.
El bajo consumo de calcio y potasio en la dieta fue el predictor más importante respecto a la formación recurrente de cálculos renales, incluso más que la ingesta de líquidos.
Andrew Rule, nefrólogo de la Clínica Mayo y autor principal del estudio, aseveró que estos hallazgos tendrían una particular importancia, dado que las recomendaciones dietéticas actuales buscan prevenir la formación de cálculos renales y no la evitación de las recurrencias.
En ese sentido, aseguró que es más probable que una persona que ya ha sufrido un cálculo renal haga estos cambios dietéticos, y no alguien que jamás lo ha llegado a sufrir.
Por último, los autores del estudio aconsejaron una ingesta diaria de al menos 1.200 mg de calcio para prevenir tanto la formación primaria de cálculos renales como su recurrencia.
Además, recomendaron aumentar el consumo de potasio, y priorizar las frutas y verduras ricas en calcio y potasio, como bananas, naranjas, pomelos, melón, sandía, papas, champiñones, pepinos, calabaza, etcétera.
Fuente: TN