Eduardo Francisco Calvo (27) quedó ayer al borde de ser el primero en San Juan en quedar encerrado en la cárcel de Chimbas por la aplicación de un nuevo agravante a la hora de juzgar casos de homicidios en accidentes de tránsito. Ayer la jueza en lo Correccional, Mónica Lucero, lo condenó a 4 años de cárcel efectiva por manejar su auto con un porcentaje de alcohol casi cinco veces mayor al permitido (se tolera hasta 0,5 gramos por litro de sangre y él tenía 2,3) y provocar la muerte de la agente de Policía Sabrina Romano Peruzzi (tenía 23 años y era madre de una beba) quien volvía de su trabajo en moto, la madrugada del 27 de abril de 2017 en Lateral Oeste de Ruta 40 al Norte de calle 5, en Rawson.
A pesar del novedoso fallo de la titular del Tercer Juzgado Correccional, por ahora Calvo no quedará detenido. Su caso se convertirá en un precedente en la Justicia local, sólo si la sentencia de ayer queda firme. Y todo indica que habrá que esperar para que eso suceda, pues ayer el defensor del condenado, Maximiliano Páez Delgado, anticipó que podrá pedir que la Corte de Justicia revise la sentencia. La semana pasada, el letrado había pedido una condena de 3 años, sin encierro.
Quienes quedaron conformes con la resolución de la magistrada fueron la fiscal Claudia Salica, quien había pedido 5 años de cárcel y el máximo de inhabilitación para manejar que le dieron ayer, porque esperaba "una condena ejemplar".
También aceptaron el resultado del juicio los familiares de la joven agente fallecida. "Confiábamos en Dios. Esperamos que esta sentencia sirva para que entiendan que no hay que manejar con alcohol porque son vidas las que se pierden. Calvo tomó la peor de las decisiones porque pudo haber hecho cualquier otra cosa en vez de ponerse a manejar", dijo entre lágrimas Jorge Eduardo Romano, el padre de la víctima.
El trágico accidente ocurrió alrededor de las 7,20 del 27 de abril de 2017. A esa hora la agente Romano transitaba en su moto al Sur por el Lateral Oeste de vuelta a su casa en Pocito. Calvo había estado toda la noche bebiendo (su defensa dijo que a causa de problemas con su mujer) y circulaba en sentido contrario al de la Policía, cuando se le fue encima con su Peugeot 405 y ella no pudo esquivarlo. Murió 8 horas después a causa de una fractura en la nuca.
El nuevo agravante
La figura que la magistrada aplicó ayer fue homicidio culposo por conducción imprudente, agravado por el estado de ebriedad de Calvo. Esa calificación está contemplada en el artículo 84 bis del Código Penal, vigente desde enero de 2017, y eleva los castigos hasta dejar una escala de 3 a 6 años de cárcel.