Biológicamente necesitamos estar en contacto con la naturaleza y, como bien sabemos, esta es caprichosa y muy sorprendente. Guiados por esta ola de naturalidad los jardines en 2023 van a ser cada vez menos formales y más espontáneos. Aunque siempre poniendo hincapié en un aspecto clave: la sostenibilidad. Para lograr un paisajismo en el que el mantenimiento y las necesidades de riego sean bajos se cultivan preferentemente especies autóctonas y de ciclo de vida perenne. Triunfarán las composiciones botánicas ‘espontáneas’, con plantas autóctonas y que precisen poco riego.
La propuesta es emplear suelos drenantes como, por ejemplo, las gravas o el jabre (árido obtenido de la molienda del granito) por ejemplo.
Mejor vegetación autóctona

Abogar por la xerojardinería ha sido, en los últimos, y seguirá siendo un imperativo en el diseño de los jardines. ¿Cómo se logra? Utilizando especies que necesiten poca agua de riego o incluso ninguna (al conformarse con las que reciban por las lluvias), y se adapten al clima y las condiciones del lugar (ventosidad, pluviometría, insolación). No concluyas que la solución más rápida y sencilla es emplear tan solo áridos o una composición minimalista, lo que sí deberás procurar es elegir preferiblemente plantas autóctonas. Con ello se reduce el mantenimiento, se potencia la biodiversidad de la zona y se crea un paisaje muy auténtico.
Las cuatro estaciones bien marcadas

La naturaleza y su cromatismo es cambiante y también lo deben hacer nuestros jardines, que no solo se plantean adaptados al entorno donde están para que las plantas tengan pocos requerimientos hídricos y mantenimiento, sino para que produzca interés visual con diferentes colores del follaje y floraciones en función de la época del año. La tendencia que llegará para quedarse durante una larga temporada, consiste en no implantar patrones encorsetados, sino crear jardines de estética más espontánea, fresca y natural. Ofrecen una imagen algo salvaje y sumamente auténtica. Además, otro concepto básico en paisajismo es que el jardín luzca hermoso todo el año y en él se perciban los cambios de estación. Una forma fácil de hacerlo es, por ejemplo, plantando árboles de hoja caduca.
Favorece la biodiverdidad

La jardinería ecológica busca, también, atraer a los pájaros y a los insectos polinizadores, que son claves para el equilibrio de los ecosistemas. ¿De qué animales estamos hablando? Principalmente de colibríes, mariposas y abejas. De nuevo en este punto aconsejamos emplear variedades de plantas autóctonas. Y, además, cultivar una gran cantidad de flores distintas. Por cierto, gracias a todo ello conseguirás minimizar el riesgo de plagas.
El jardín propicia la proliferación de insectos polinizadores, aves y pequeños mamíferos beneficios para el medio ambiente. Potenciar la biodiversidad hace que funcione bien el ecosistema.
El triunfo de las gramíneas

Las gramíneas de estética etérea serán un éxito en 2023 al crear una imagen salvaje muy atractiva, nos enamorará su dinamismo. Stipa Tenuisima, Ruby Grass, Carex, Penisetum atropurpurea, Pennisetum orientale, Bouteloua gracilis, Anementhele, son algunas de las especies valoradas por su alta tolerancia al sol, poca necesidad de agua y su look desenfadado que va en la línea de unos diseños paisajísticos que huyen de la pulcritud de las propuestas más estructuradas.
El sol, fuente de la luz natural

La iluminación del espacio exterior debe ser suave y acogedora, pero no solo eso, también preferiblemente se seleccionarán para las lámparas materiales ecológicos o reciclados, como el cristal, la arcilla o el plástico PET. Respecto a la fuente de alimentación de las luminarias, se privilegiarán asimismo las solares, que se recargan con los rayos solares.
Las piscinas también serán ecológicas

De nuevo con la premisa de la sostenibilidad comenzarán a imponerse cada vez más las piscinas naturalizadas, como esta, diseñada por Paisajes. En estos ‘lagos de baño’ el agua se mantiene limpia y saludable por procesos naturales que consisten en incluir plantas acuáticas filtrantes, que se integrarán perfectamente en el paisaje creando un escenario bucólico. Por si te lo estás preguntando, no son piscinas que requieran un mayor mantenimiento que, por ejemplo, las que emplean cloro.
