La novela del troceo de la carne, que amagó en tres oportunidades en ponerse en marcha y que había generado protestas a lo largo y ancho del país, y que en San Juan se oponían porque implicaba que se perdería el tradicional corte ‘punta de espada’ terminó ayer sin haber estrenado ningún capítulo.
Es que la Secretaría de Agricultura decidió derogar la Resolución que establecía la comercialización minorista de carne vacuna en trozos menores a 32 kilogramos, obligatoriedad que iba a empezar a regir desde el 15 de enero próximo.
La definición se tomó tras un nuevo encuentro con las provincias en el marco de la Mesa Técnica de Carnes, en la que se acordó ‘avanzar en un trabajo conjunto para atender la salud de los trabajadores del sector y los controles de inocuidad sobre los productos cárnicos’.
Más allá de la derogación de la obligatoriedad, se informó que seguirá vigente ‘la Resolución 22/2021 de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) que establece el límite máximo en 32 kilogramos para el acarreo manual de productos cárnicos, debiendo utilizarse medios mecánicos para piezas que superen ese kilaje’.
En abril de 2021, el Gobierno estableció a través de la Resolución Conjunta 4 que la salida de carne de los frigoríficos de todo el país, destinada a comercios minoristas, solo podrían hacerse en unidades resultantes del fraccionamiento de las medias reses en trozos que no pueden superar los 32 kilos.
La medida, en su momento, fue firmada por los entonces Ministerios de Agricultura, Trabajo, Desarrollo Social y de la Producción. Su implementación, originalmente estipulada para el 1 de enero de 2022, se postergó luego para el 1 de noviembre y luego para el 15 de enero de 2023.
De acuerdo a lo explicado tiempo atrás por el director nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Alejandro Fernández, la iniciativa tenía entre sus objetivos ‘evitar que los trabajadores continúen descargando a las carnicerías la media res al hombro, teniendo en cuenta que pueden pesar 120 kilos cada una’.
A pesar de dejar sin efecto el troceo y permitir la venta de piezas más grandes, la ratificación que la Secretaría de Agricultura hizo ayer de la Resolución 22/2021 de la SRT, apunta a garantizar que el acarreo de los productos cárnicos superiores a 32 kilogramos se realice a través de medios mecánicos y no manuales.
Durante el encuentro de ayer, el jefe de Gabinete de Agricultura, Juan Manuel Fernández Arocena, destacó ‘el acuerdo de todos para avanzar en mejoras que pongan fin al acarreo humano de las medias reses, como un punto de encuentro para avanzar por encima de los diferentes criterios entre lo que propone Agricultura, y lo que se pide desde las provincias y las cámaras frigoríficas’.
Por otra parte recordó que se encuentran vigentes la línea de los créditos del Programa Crear y la línea de Fondagro, y afirmó que ‘seguimos apostando a que la mejora en el sector frigorífico sea incremental, para poder dar ese salto de calidad que nos propusimos en tratamiento y transporte desde el lugar en que se faena al que se va a consumir, para que haya un solo estándar sanitario, en pos de la salud de la población y de los trabajadores de la carne’.
La decisión recibió el apoyo del conjunto de los representantes provinciales que coincidieron en seguir fortaleciendo el espacio de trabajo para atender a las particularidades de los diferentes territorios, se informó.
Punta de espalda, sí
El peligro de extinción para la punta de espalda que traería el troceo de la carne movilizó al Gobierno y a los abastecedores de San Juan que acordaron buscar alguna alternativa para salvar el tradicional corte sanjuanino. Hubo tres propuestas, pero ahora ya no hará falta.
- Historia de un fracaso anunciado
En abril de 2021, el Gobierno de Alberto Fernández estableció que la salida de carne de los frigoríficos de todo el país, destinada a comercios minoristas, solo podrían hacerse en unidades resultantes del fraccionamiento de las medias reses en trozos que no pueden superar los 32 kilos.
El argumento oficial de Agricultura para imponer esta medida es que le permitiría a los abastecedores realizar una mejor asignación de los trozos de acuerdo a las necesidades de los mercados minoristas, como las carnicerías además se buscaba proteger la salud de los trabajadores.
La Organización Mundial del Trabajo (OIT) recomendó esta medida para que los trabajadores dejen de cargar sobre sus hombros un peso excesivo, que puede llegar a ser de 120 kilos.
Si bien desde el sector privado afirmaban estar de acuerdo con que no se continúe con la descarga ‘manual’, las cámaras abocadas mayormente al abastecimiento interno de la carne rechazaron de manera tajante la implementación del sistema de troceo.
La Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores lideró la resistencia, al asegurar que era ‘inviable’, ya que las plantas faenadoras no cantaban con las instalaciones necesarias y que ‘los plazos establecidos para su adecuación no han podido cumplirse debido al alto costo y la complejidad de las obras a realizar’, a pesar de que la medida fue anunciada hace un año y medio.
No obstante, la mayor presión la ejerció la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales de Argentina (Fifra) que avanzó hacia un lock out patronal en las plantas asociadas de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
Los frigoríficos alertaban que el troceo implicaba incorporar más personal para cortar la carne y un gasto extra en cajas y bolsas para el empaque del producto lo que encarecería su costo. Además, implicaba que se acumularía stock de aquellos cortes que menos se venden.