Escalofriante. Una víctima mortal del terremoto yace atrapada entre los escombros en uno de los edificios colapsados de la Ciudad de México. Un mudo testigo de otro día dramático que dejará huellas imborrables en la memoria de los mexicanos.
 

 

El recuerdo del devastador terremoto del 19 de septiembre de 1985, que dejó al menos 10 mil muertos, cobró vida ayer en México y volvió a golpear en carne viva el corazón del país con un nuevo y potente sismo de 7,1 grados en la escala de Richter que dejó al menos 134 muertos, después de demoler decenas de edificios. Mientras los rescatistas luchan para remover miles de toneladas de escombros en busca de sobrevivientes.

Hasta el cierre de esta edición, desde la embajada argentina en México se aseguraba que "no había" argentinos entre las víctimas fatales y el presidente, Mauricio Macri, envió sus condolencias.

El Servicio Geológico de EEUU reportó el epicentro del sismo entre los estados Morelos y Puebla a una profundidad de 57 km y ocurrió sólo días después de otro fuerte terremoto de 8,1 grados que el 7 de septiembre cobró 98 vidas en el sur del país y 32 años del terremoto que marcó un antes y un después en la vida e historia del pueblo mexicano.

El reporte da cuenta que al menos 55 personas fallecieron en el central estado Morelos; 9 en el Estado de México; 26 en Puebla y unos 30 en la capital del país, Ciudad de México, donde según autoridades colapsaron unos 44 edificios, entre ellos una escuela primaria y un centro comercial donde quedó gente atrapada.

Autoridades no descartaron que la cifra de fallecidos pudiera seguir en aumento debido a la cantidad de daños. Equipos de rescate y vecinos desesperados sacaban gente de entre los escombros en un edificio de la colonia Del Valle, así como de la escuela en la Doctores, en la capital. Se escuchaban gritos de personas atrapadas que clamaban por ayuda. Las tareas se realizaban en medio de un caos circulatorio que dificultaba el paso de ambulancias y por el temor a que se produzcan nuevos temblores.

 

Devastador. Muchos edificios no aguantaron la embestida ya que muchas construcciones, aunque son de ladrillo, no respetan las normas sísmicas básicas. 
 

La gente se agolpó junto a los edificios derrumbados, cubriéndose las caras con sus manos a causa del fuerte olor a gas, que les apresaba la garganta mientras preguntaban por sus familiares atrapados.

Las autoridades fueron cortando las calzadas y vociferando con sus megáfonos para que la gente despejara las calles y se ocultara en los parques, hoy más que nunca, pulmones en una ciudad histérica.

Helicópteros, miembros de la Armada y Ejército colaboran en los operativos de rescate.

"Se cayó el edificio, el 286, hay muchas personas atrapadas. No nos dicen nada… Mi esposa está allí, no me he podido comunicar con ella, no me contesta… ella estaba en su cuarto", dijo entre lágrimas Juan Jesús García, de 33 años, inamovible junto al edificio de seis pisos que colapsó.

Unos 3.8 millones de personas quedaron sin electricidad en los estados afectados, dijo la estatal Comisión Federal de Electricidad, y la telefonía funcionaba de forma intermitente. Carreteras del centro del país quedaron severamente dañadas y las clases fueron suspendidas en al menos ocho estados mientras se revisaba la integridad de las escuelas.

 

Aplastado. Una mole de cemento cayó sobre este auto en el corazón de la ciudad. Esta imagen se repetía en las principales calles del Distrito Federal. 
 

"Lo que hice fue pararme debajo de un puente para resguardar mi vida, la gente gritaba, fue muy desesperante, me puse muy nerviosa, aquí hubo muchos edificios cuarteados", dijo Nith Quevedo, una trabajadora de 34 años desde la colonia Ciudad Azteca en Ciudad de México.

El coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, pidió a la población no volver a sus inmuebles hasta que sean revisados. El aeropuerto de Ciudad de México suspendió actividades temporalmente por daños y pocas horas después las reanudó.

El terremoto ocurrió poco después de que el martes México hiciera un gran simulacro nacional de sismos para recordar el ocurrido en 1985 que dejó miles de muertos.