Según el antropólogo Clifford Geertz, cuando el hombre llega a los límites de su capacidad analítica, cuando se enfrenta al sufrimiento, o al caos, busca amparo en la magia y la religión. Continuando con la variable antropológica, el mismo Clifford Geertz dice que la religión es un "sistema de símbolos". Cabe decir que existen variadas definiciones o conceptos de símbolo, como también de religión. La antropología expresa que el hombre es el único ser vivo hacedor de cultura, porque posee capacidad o pensamiento simbólico. Este pensamiento se sustenta "en la confianza de que la esperanza no puede fallar y el deseo no puede engañar". La naturaleza simbólica es un atributo inherente al hombre. Se puede decir que un símbolo es un signo cargado de significados sociales. En cuanto a los símbolos religiosos pueden ser imágenes, pues cuando al hombre no se le presentan las cosas de manera tangible, se representan a través de imágenes. Las imágenes religiosas son representaciones de la divinidad, son símbolos religiosos. Según el antropólogo Víctor Turner, los símbolos, o símbolos rituales, poseen dos polos; un polo sensorial, vinculado a la forma externa del símbolo, y un polo ideológico, que contiene las normas y valores que guían y controlan a los hombres como integrantes de grupos sociales. Llevando estas teóricas de análisis al plano empírico, la época que estamos viviendo, la sociedad fortalece el amparo en la perspectiva religiosa, merced a su capacidad simbólica, esencia de su cultura, este atributo le permite sobrellevar, soportar y pedir a la divinidad. Otra consideración se refiere y también en consonancia con lo que vivimos, a la vigorización de la religiosidad popular, la cual es más vivencial que doctrinal. Por ejemplo, toman más relevancia los llamados altares domésticos, o cultos domésticos, muy propios de la cultura religiosa sanjuanina. Como modelo en los departamentos de Calingasta o Iglesia, los altares domésticos en honor a la Virgen del Rosario de Andacollo son comunes en los hogares. Otra forma más reciente son las famosas "cadenas", a través de internet. Se podría decir que es una nueva vertiente de la religiosidad popular, a la que se añaden hasta "procesiones virtuales".
Por Edmundo Jorge Delgado
Profesor – Magister en Historia
