Elisa Carrió confirmó este martes a través de sus redes sociales que se encuentra aislada por haber sido contacto estrecho de un caso de coronavirus. Lo curioso es que esta declaración se da luego de que el domingo dijera públicamente que había dejado pasar su turno para vacunarse porque no quería aplicarse la Sputnik V.
"Estoy aislada, por estrecho contacto. No se preocupen, todavía los resultados son negativos", aseguró Lilita en un audio que compartió desde Facebook. Pese a sentirse bien, contó que esta experiencia le sirvió para reflexionar sobre el papel de los médicos y enfermeros que están en la primera línea contra el Covid-19.
Por eso decidió enviarles un mensaje, especialmente a los jóvenes profesionales de la salud. “Están cumpliendo un rol no solo de servicio a la humanidad, sino al cuidado y al afecto, como a la única persona que a veces está al lado de los enfermos terminales por COVID u otra enfermedad. Dios los acompañe. Acepten que a veces van a encontrarse con estas cosas y presenten el oído y sobre todo la caricia y el amor que les resta aunque estén devastados a esos seres que están muriendo en soledad", manifestó.
Además, reveló que fue el pensar en su hermano, quien era médico, lo que le revolvió muchos recuerdos que tienen que ver con la vocación de servicio. "Me puse a pensar en los que están ahí, adentro de los hospitales del interior, en Rosario, en Resistencia, en Corrientes. Les mando un beso enorme y les digo que todo el pueblo de la Nación los está acompañando".
Por qué Lilita Carrió no se vacunó
La política contó el pasado domingo que no había ido a vacunarse, pese a que le correspondía, porque no quería inocularse con un producto que viniese del gobierno de Vladimir Putin, y que iba a esperar la llegada de la AstraZeneca.
“Ya cumplí mi acto de protesta contra los atentados al orden democrático y las persecuciones de Putin y por los envenenamientos que producen en todo el mundo. Anteayer tuve turno y no me vacuné con la Sputnik. Fue un acto de protesta personal contra la dictadura, nada más. Y creo que la Sputnik es una muy buena vacuna", había asegurado.
Lo cierto es que la fundadora de la Coalición Cívica tiene 64 años y forma parte del grupo de riesgo ya que tiene problemas cardíacos y diabetes. "Tengo todos los males habidos y por haber, pero uno tiene que ser ejemplo, uno no puede ser como Zanini. Si no está vacunada la gente mayor de 60 años, yo no me puedo vacunar, tengo que ser la última", sentenciaba.