En uno de sus últimos intentos por lograr que su cliente, Eliseo "Pachico" Rodríguez (78), sea desligado de la condena de 14 años que le impusieron en abril pasado, por su participación principal en el crimen de su hermano Herman "Mito" Rodríguez (82), el abogado defensor, Martín Zuleta, salió por primera vez a cuestionar que Fiscalía nunca hubiera investigado que el presunto cómplice de "Pachico", Juan Adrián "Chileno" Riveros (34), tenía más motivos que su cliente para cometer ese crimen sobre el mediodía del 18 de abril del año pasado en la finca de los hermanos en Pocito. "Riveros tenía el arma homicida y la moto de la víctima", dijo Zuleta, para luego explicar que la Gilera 110cc prácticamente nueva del jubilado asesinado, le venía bien a Riveros porque se dedicaba a arreglar motos y se había comprometido con varios clientes con la venta de repuestos de esos rodados.
La teoría de Zuleta se conoció ayer, en una audiencia ante los jueces del Tribunal de Impugnación, Fernando Echegaray, Daniel Guillén y Juan Carlos Caballero Vidal (h), a quienes pidió anular el castigo a su cliente por las fallas que hubo en el proceso y por lo arbitraria que resultó la sentencia a la hora de analizar "parcialmente la prueba, basándose en indicios".
Quien no miró con buenos ojos estos argumentos fue el defensor de Riveros, Jorge Olivera Legleu, quien también pidió anular la sentencia (le dieron 16 años como autor del crimen) o absolver a su cliente, luego de contraatacar los argumentos de Zuleta y asegurar que Riveros no estuvo en la escena del crimen, pues la geolocalización de su teléfono demostró que no estaba en la finca de los Rodríguez a la hora del asesinato.
Apenas ocurrió el crimen, "Pachico" y el "Chileno" fueron apresados, pero Riveros fue liberado porque no había pruebas en su contra. Pero un par de meses después, Riveros cayó con un revólver calibre 22 largo que había utilizado para intentar finiquitar un pleito con los parientes de su señora durante una juntada por un carneo. Y como si eso fuera poco, días después apareció la moto de la víctima, desarmada, y varios testigos no dudaron en señar al "Chileno" como quien tenía ese rodado.
Al defenderse por el caso del arma, Riveros dijo que se la había dado "Pachico" poco después de la hora en que ocurrió el crimen. Y que ese día también le vio tapada una moto en la caja de su camioneta. Sus dichos no alcanzaron y, en Flagrancia, terminó condenado a 2 años 9 meses de prisión en suspenso por portación ilegal de un arma.
Ayer, los fiscales Fabrizio Médici y Adrián Riveros, pidieron al tribunal que rechace los planteos de ambos defensores. Y que confirmen el fallo contra Rodríguez y Riveros, pues consideran que ambos planificaron ese homicidio agravado por haber sido cometido con un arma de fuego, pues los magistrados que los juzgaron no se apartaron de los hechos ocurridos y valoraron la prueba del caso sin apartarse de la ley.
Luego de escuchar a las partes, ahora los magistrados de Impugnación, deben resolver si los defensores tienen razón y desligan a ambos condenados (Rodríguez cumple prisión preventiva domiciliaria). O si, por el contrario, confirman la sentencia del tribunal que enjuició y resolvió condenar a ambos imputados de ese resonante caso de homicidio.