Ayer, 26 días después del crimen de María Pérez (82) en la Villa Paolini de Pocito, los investigadores respiraron hondo porque atraparon al principal sospechoso y ya hablaban de caso resuelto, pues en teoría el homicida fue solamente uno y hay una prueba más que contundente que complica a ese sujeto llamado Cristian Di Carlo (35): un examen de ADN reveló que era suyo el material genético hallado en la ropa de la víctima al momento de ser asesinada de dos cortes en el cuello y múltiples golpes en la cabeza, dijeron fuentes judiciales.
La detención de Di Carlo generó conmoción en la villa, pues su casa está justo enfrente de la de Pérez. Muchos directamente no lo podían creer. "Realmente yo no creo que haya sido él. Me duele mucho… uno lo ve todos los días, limpia la casa, nunca molesta. Es un niño que no lo veo capaz de hacer eso", dijo Beatriz, vecina de la cuadra, al borde del llanto. Otra mujer que evitó identificarse contó que Di Carlo en ese lugar vivía solo, que se dedicaba a changuear y que uno de sus últimos trabajos fue en un lavadero de autos. Agregó que hace unos dos meses él había sido víctima de un robo, cuando ladrones entraron a su casa y le llevaron, entre otras cosas, un TV y una moto. "Con María yo nunca vi que se hablaran, pero porque esa señora era muy recia a todo", reveló. Y también lo defendió: "Si uno hace algo así, mínimo te escondés unos días. Él ha estado todo este mes normal, ni un movimiento raro, nada".
Sin embargo, el fiscal coordinador Iván Grassi y su par Renato Roca, de la UFI Delitos Especiales, reconocieron ayer en rueda de prensa que existe una prueba "contundente". Se trata de restos de material genético en la manga izquierda de Pérez que tras ser cotejados arrojaron que corresponden al vecino. Los pesquisas ya manejaban la teoría de que posiblemente la víctima conocía a su asesino, pues ninguno de los ingresos de la vivienda estaban violentados. La hipótesis es que Pérez reconoció a Di Carlo y que por eso el sujeto decidió eliminarla, para luego llevarse un monedero con no más de $20.000.
El ahora detenido no tiene antecedentes penales, confirmaron los voceros. Sí existe una denuncia pública de un hombre que aseguró haber sido estafado en $90.000 por el sujeto, que es hijo de un expolicía (ver recuadro).
El fiscal Iván Grassi explicó que para lograr esclarecer el crimen trabajaron con el novedoso sistema de perfilación criminal, inusual en nuestra provincia. En líneas generales, se trata de una técnica que sirve para reconocer los patrones conductuales de los atacantes y así poder trazar una línea de investigación. En este caso, psicólogos especializados analizaron minuciosamente el lugar del hecho y dedujeron la "psiquis" del homicida.
El padre era policía y lo echaron
El padre de Cristian Di Carlo era un cabo de Policía que incluso llegó a estar detenido, aunque cuando eso ocurrió ya había sido echado por anteriores irregularidades en sus funciones. En 2011, el hombre cayó junto a dos camioneros y el dueño de un lubricentro, acusado de liderar una banda que robaba y vendía el aceite que venía de Buenos Aires con destino a distintos campamentos mineros y empresas de la provincia ligadas a esa actividad. Eso fue descubierto gracias al seguimiento de los camiones a través de un sistema satelital. Allí saltó que al menos uno se había desviado de la ruta prevista.
Crimen de Bustos: otro detenido
Policías de Homicidios bajo directivas de la UFI de Delitos Especiales lograron la captura del segundo sospechoso por el crimen del jubilado César Juvencio Bustos (87), quien falleció en la tarde del 7 de septiembre pasado tras una larga agonía, pues había sido atacado en su casa del barrio San Ricardo, Rawson, en la mañana del 28 de junio. Según Fiscalía, lo atacaron con una llave francesa para robarle unos $90.000. El primer detenido fue Fernando Luis Delgado Recabarren (33 años, con una condena por robo agravado y abuso sexual). Ahora cayó Omar Elizondo, informaron fuentes judiciales.