No imaginó Fabián Italo Ríos, "El Sanjua", que ese sábado 18 de agosto iba a ser su último día de libertad. Cuando salió de su casa de la Villa Marini, Santa Lucía, había policías de civil esperándolo. Quiso zafar, pero era demasiado tarde. Ahí terminaban sus 11 meses y monedas como prófugo, como así también su presencia en la lista de 37 delincuentes más buscados de Chubut. El violento ladrón de mujeres finalmente había caído.

 

Enseguida se dio cuenta de que estaba cercado, pero de todas formas no les hizo fácil el arresto a los policías sanjuaninos. Cuando lo interceptaron y le pidieron que se identifique, Ríos insultó y hasta empujó a los agentes del departamento de Robos y Hurtos.

 

“Cometió una contravención, algo así como un ‘desacato’”, le dijo a Clarín el comisario Rubén Céspedes, jefe de esa división de la Policía de San Juan. Y entonces se lo llevaron a la seccional, donde quedó definitivamente comprobado que era uno de los 37 prófugos que buscaba la Justicia de Chubut.

 

"El Sanjua", prácticamente, cruzó el país de Sur a Norte para seguir viviendo en la clandestinidad y cometiendo delitos menores aquel septiembre de 2017, cuando se fugó tras otro de sus tantos robos violentos.

 

No bien lo encerraron en la celda, el comisario Céspedes le avisó al jefe de la Brigada de Investigaciones de Comodoro Rivadavia, Andrés García, vía WhatsApp, que estaba confirmado: Ríos era uno de los 37 prófugos que figuraba en la lista de los más buscados de Chubut desde el 31 de julio pasado.

 

Ahora, "El Sanjua", como se lo conoce en el ambiente delictivo, o el ladrón de mujeres, como fue bautizado por atacar con violenciasiempre a víctimas femeninas en Chubut, está alojado en la Central de Investigaciones de San Juan a la espera de su traslado al Sur, donde será juzgado por, al menos, cinco causas.

 

Una vida robando

 

 

Ríos nació el 24 de febrero de 1990 en San Juan. Con 28 años, su prontuario ya tiene varias fojas tanto en su provincia natal como en Chubut, el lugar que eligió para instalarse desde 2014 y en el que enseguida se hizo conocido entre los policías por susreiteradas detenciones. Pero sus abogados defensores siempre encontraron algún artilugio para que quedara libre.

 

En algunos de los delitos que se le imputan al ladrón de mujeres, las cámaras de seguridad de los comercios, de la vía pública y de particulares muestran con crudeza la violencia con la que trataba a sus víctimas. Lo que realmente siempre llamó la atención de las autoridades es que nunca fue en busca de un gran botín.

 

En julio de 2016, Ríos ingresó a un local de ropa de Comodoro Rivadavia, amenazó y golpeó con brutalidad a la empleada. Después de darle una paliza, el delincuente le pidió a la chica que se quedara quieta, le robó el dinero y el celular y agarró una bolsa del local, donde cargó mercadería. Con el botín en su poder, se fue caminando y se perdió por el centro de la ciudad.

 

“Fue muy violento conmigo. Recuerdo que ese día, cuando me quiso pegar, lo empujé. Entonces, sacó el arma y me golpeó varias veces en la cabeza. Me dieron tres puntos porque me pude cubrir. De lo contrario, creo que me mataba”, contó la empleada golpeada por Ríos apenas se supo que había sido capturado en San Juan.

 

Dos meses después de ese caso, a Ríos también lo identificaron como uno de los autores de un robo “piraña” a dos operarios de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada, también de Comodoro Rivadavia.

 

Según informaron entonces fuentes policiales, las víctimas lograron verles los rostros a los delincuentes y al "ladrón de mujeres" lo identificaron a través de un reconocimiento fotográfico.

 

Pero no fueron sus únicos golpes. También ingresó armado a una tienda y le puso la pistola a la altura de las costillas a la mujer de nacionalidad boliviana que atendía el local. Ella no estaba sola: sus chiquitos fueron testigos directos de la amenaza de Ríosmientras su cómplice hacía de campana en la puerta.

 

Fueron los gritos de los chicos los que los obligaron a huir, aunque no se fueron con las manos vacías: se llevaron jeans y polleras que estaban sobre el mostrador y huyeron a la zona de “1008 Viviendas”, donde Ríos alquilaba un departamento.

 

La Policía allanó, luego, ese lugar. Allí encontraron ropa y mercadería que había sido robada en distintos comercios de Comodoro Rivadavia, pero no encontraron a Ríos. El ladrón de mujeres siguió robando negocios atendidos por sus víctimas preferidas hasta que se fugó en 2017.

 

En el sistema de órdenes de captura de la Justicia de Chubut, Ríos cuenta con una del 9 de febrero del año pasado, en la causa 9101; y tres más que estaban vigentes desde el 1° de septiembre de 2017: los legajos fiscales 9703, 9704 y 9706.

 

En los próximos días, una comisión de la Brigada de Investigaciones de Comodoro Rivadavia buscará a Ríos en San Juan para llevarlo hasta la Justicia de Chubut. Allí se lo notificará de las causas en su contra. Le esperan condenas que podrían superar los ocho años de cárcel.

 

 

Fuente: Clarín