A nivel mundial hoy se celebra el Día del Peluquero, en conmemoración al Rey Luis IX, quien designó a su peluquero como “hombre libre”, elevando así su jerarquía social. Durante años tanto peluqueros, barberos como estilistas han ido perfeccionando sus técnicas, marcando tendencias e imponiendo modas. Ellos son la mente maestra detrás de cada cambio de look, las hadas madrinas del estilo. En base a los conocimientos y estudios que van adquiriendo, realizan sugerencias (o retos, según el grado de confianza) cuando detectan que el cliente la está pifiando en la elección de corte o color.

A veces, hay quienes subestiman el trabajo que se realiza en las peluquerías y creen que con un par de tijeras o comprando la tintura en el supermercado lograrán el estilo que vieron en un video o en las imágenes que googlearon. Los peluqueros no solo son creadores de look, sino también salvadores. Durante el inicio de la pandemia tuvieron que cerrar, y cuando los habilitaron a trabajar nuevamente, eternas eran las colas, los pedidos de turnos y hasta las solicitudes de auxilio por decoloraciones mal realizadas, cortes desprolijos, barbas rebeldes y un sinfín de problemas de belleza.

Natalia Chatard y Emanuel Pizzaro nos cuentan cómo fueron sus primeros pasos y la pasión que despierta poder trabajar con otras personas con un único objetivo, que el cliente salga renovado, como una persona distinta, satisfecha y feliz.

Peluquera desde la cuna

Es común, al ser chicos, que nos realicen la infaltable pregunta “¿qué quieres ser cuando seas grande?”. Algunos responden médico, veterinaria, bombero. Otros más ocurrentes desean ser espías, presidente, astronauta o famoso.

Cuando Natalia era chica no pensaba en la peluquería como su futuro, pero algo ya le indicaba que era un mundo que lña atraía. “Desde muy pequeña me gustaba cortarles el pelo a mis muñecas, todo el tiempo”, comenta. A medida que fue creciendo cambió las muñecas por sus compañeras del colegio o amigas. Pero la decisión la tuvo que tomar cuando finalizó el secundario y era hora de elegir qué futuro quería perseguir. “Opté por una carrera universitaria, pero a la par comencé a estudiar peluquería en un instituto. No pasó mucho tiempo para que me diera cuenta de lo que me gustaba realmente y tomé la decisión de dedicarme de lleno a lo que me apasionaba, que es la peluquería”, afirma Natalia, quien cuenta con su propio espacio en Santa Lucía.

Pero no todo en la peluquería es color de rosa a veces. Pese al tiempo que ella lleva embelleciendo las mujeres sanjuaninas, hay un momento que no puede olvidar. “Era un sábado, como cualquier otro, con turnos y clientas toda la tarde. Llegó una mujer, era la primera vez que se atendía conmigo, y le hice color, nutrición y corte. Ella se fue satisfecha y agradecida, pero al cabo de unas horas llegó su marido, disconforme con el cambio que le habíamos hecho a la mujer, pidiendo que le devuelva el dinero porque no le gustaba como había quedado. Estaba totalmente sacado y le devolví el dinero por el miedo que me generó. Sinceramente fue un momento horrible, pero no opaca los agradecimientos y las sonrisas de felicidad de la clientela de la peluquería y se va satisfecha de ser una persona renovada”.

Como sucedió en todos los rubros, Natalia padeció las secuelas del confinamiento, y tuvo que cerrar su local durante varios meses. Recuerda que trabajar al inicio de la pandemia fue difícil, ya que se debían adaptar a muchos cambios, pero eso no la frenó, ya que ella extrañaba a sus clientas, y sus clientas a ella, por lo que comenzó a tomar cursos de protocolo para trabajar más segura y brindar confianza a la clientela.

Con las manos en las cabelleras sanjuaninas Natalia, junto con su equipo de trabajo, cada día recuerda a esa pequeña que le metía tijera a los pelos de las muñecas y sentía fascinación. Hoy se siente una agradecida de poder dedicarse cada día a lo que más le gusta, le despierta pasiones y disfruta a pleno.

Barberos, jóvenes y visionarios

The Chaplins Barbería abrió sus puertas en mayo del 2019 en Santa Lucía. En ese momento, su dueño, Emanuel Pizarro solo tenía 23 años. “Personalmente esta profesión siempre me llamó la atención entre estudios y trabajos que no tenían nada que ver con esto. Si bien me formé como peluquero unisex en Daniela Fernández, mi camino iba más por el lado de las barbas”, comenta Emanuel, quien al cabo de un año de trabajar en su propio local logró convencer a su hermano un par de años menor, Martín, para que se sume a la aventura. Lo que comenzó un poco jugando, como recuerda Emanuel, hoy no es solo un gran equipo, sino también una familia.

Emanuel junto a su hermano Martín 

Si bien el local es relativamente nuevo, tras la puerta de entrada cada objeto que habita el lugar cuenta una historia, tiene un pasado. La estética del lugar invita a viajar en el tiempo. “Nuestros tesoros más preciados son los sillones, que son del año 1930, además de los regalos que nuestros clientes nos dan todo el tiempo”, relata Emanuel, quien recuerda la emoción que sintió el día que recibió a un cliente, quien manifestó que durante años se había atendido con Don Jorge Gardella, quien casualmente le vendió los sillones a Emanuel. “Lo curioso es que el cliente reconoció el sillón en el que se había sentado durante 40 años. Una muestra clara de que uno siempre vuelve al lugar donde fue feliz”.

El equipo de The Chaplins ofrece una experiencia distinta a cada cliente. No es solo llegar, colocarse la capa, cabello, barba y a casa. En el local ofrecen tragos, café, además de una amplia variedad de juegos retro, incluso cuentan con una consola de videojuegos arcade de los ´90, para que cada visita al local sea una vivencia única. De esa manera ellos miman a sus clientes.

Martín es sin duda un claro ejemplo de que los sueños cuestan, pero no son imposibles. Con 25 años lleva adelante su propia barbería, su segundo hogar, rodeado de familia y amigos, disfrutando cada minuto lo que hace con dedicación, profesionalismo y mucho cariño. “Como dueño y prestador de servicio elegiría mil veces ser lo que ahora somos”, resalta.

Colaboración:
Natalia Chatard, dueña de "Natalia Chatard" (Ruta 20 2915 este, Santa Lucía). Redes: @natichatard
Emanuel Pizarro, dueño de “The Chaplins Barbería” (Colón 1486 Norte entre Cogorno y San José. Santa Lucía). Redes: @thechaplinsbarbería