Alberto Fernández desplazó a la cúpula de la Unidad de Información Financiera (UIF), golpeada por el escándalo en la causa Techint donde un supuesto "olvido" del organismo antilavado benefició al dueño del conglomerado, Paolo Rocca, permitió su sobreseimiento a pesar de haber confesado el pago de coimas.

Todo ocurrió dentro de la causa "los cuadernos de las coimas" que tiene a la vicepresidenta, Cristina Fernández, como "la jefa de una asociación ilícita para cobrar retornos en la obra pública durante su mandato".

El Gobierno informó ayer viernes que se le aceptaron las renuncias al presidente y la vicepresidenta de la UIF, Carlos Cruz y Mariana Quevedo. De acuerdo a lo publicado en el Boletín Oficial, Cruz presentó su renuncia el 15 de octubre pasado, casi un mes después del escándalo. Sin embargo, la renuncia de Cruz recién se hará efectiva cuando el Presidente designe a su reemplazante. "El cumplimiento de los estándares internacionales y de las normas que regulan el accionar y la competencia de la UIF tornan ineludible evitar la acefalía del citado organismo", explica.

Así las cosas, la UIF quedará en una virtual paralización hasta que el Gobierno designe a los reemplazantes de Cruz y Quevedo.

Un "olvido" de los abogados de la UIF dejó cerca del sobreseimiento a Paolo Rocca y Betnaza

La cúpula de la UIF había quedado muy golpeada cuando el mes pasado un aparente error procesal del área de litigios permitió el sobreseimiento del CEO del Grupo Techint, Paolo Rocca, y los directivos Luis Betnaza, y Héctor Zabaleta.

Según explicaron en ese momento desde la conducción de la UIF, tres abogados del área olvidaron presentar la apelación del organismo a un fallo del juez Julián Ercolini que dispuso el sobreseimiento de los directivos del Grupo Techint a pesar de haber confesado el pago de coimas en Venezuela. Ese fallo fue incluso cuestionado por el propio Alberto Fernández, pero la no apelación lo dejó firme.

Se sospecha que hubo intencionalidad para beneficiar a Rocca.