La ciudad china de Harbin padece un nuevo brote de coronavirus y el hecho alarmó a todos los habitantes del país. El Gobierno decidió prohibir la entrada a esa zona, en la provincia de Heilongjiang, a fin de evitar que resurja un nuevo brote de COVID-19 en el país asiático.
Las autoridades locales informaron que “Todos los casos confirmados, casos sospechosos, contactos estrechos de personas asintomáticas y contactos estrechos de contactos estrechos deben estar en cuarentena y someterse a prueba".
La nueva medida implica que ni los residentes de otras ciudades, ni los vehículos que estén registrados fuera de Harbin puedan ingresar a las zonas residenciales de la urbe.
En esta misma línea, los medios locales indican que todos los residentes deben portar un tapabocas y tener un código QR para confirmar que no están infectados.
Previamente, a mediados de abril, Harbin ordenó que todas las personas que lleguen desde el extranjero debían quedarse en cuarentena durante 28 días: 14 en un centro especial y otros 14 más en sus casas.
Estas medidas se tomaron luego de que el número de casos positivos en la mencionada ciudad creciera significativamente a causa de que un residente de 87 años infectó a 78 personas después de que recibió asistencia médica en dos hospitales.
Según se dio a conocer, entre los contagiados se encuentran diversos miembros de su familia, otros pacientes de estos centros hospitalarios y personal médico.
Hay que recordar que China es el país en donde se inició en diciembre de 2019, en la ciudad de Wuhan, la pandemia que se propagó por todo del mundo y que acumula en la actualidad más de 2,7 millones de infectados y supera las 190 mil víctimas fatales.