El colectivo en el que viajó el papa Juan Pablo II en 1982, un poncho del general José de San Martín, la bicicleta de un argentino que dio la vuelta al mundo y la primera locomotora ‘La Porteña’ son parte del ‘patrimonio de todos los argentinos’ que, a 100 años de su fundación, el Complejo Museográfico Provincial ‘Enrique Udaondo’ busca hacer llegar a la comunidad.

Recorrer las tres manzanas y media del complejo que reúne monumentos y más de 70 mil piezas históricas en la localidad bonaerense de Luján puede llevar varias horas o incluso más de un día.

Es que en total alberga al Cabildo de la Villa de Luján y la Casa del Virrey, por donde pasó el virrey marqués Rafael de Sobremonte en 1806.

En estos establecimientos, considerados monumentos históricos nacionales, funcionan el Museo Colonial e Histórico, el Museo de Transportes, el Salón del Automóvil, la biblioteca Enrique Peña, el archivo Estanislao Zeballos y la biblioteca y archivo Federico Fernández de Monjardín.

‘Desde el 2020 propusimos recuperar los espacios que estaban cerrados. Mantenemos la convicción de preservar el legado de su fundador’, dijo Viviana Melloni de Mallol, la directora del complejo, que desde que comenzó su actual gestión incorporó diez nuevos espacios expositivos, con el apoyo del actual gobierno provincial.

Regalo. El poncho que el último virrey del Perú, José de la Serna, le obsequió en 1821 a José de San Martín.

 

El pasado 12 de octubre se cumplieron 100 años desde la inauguración del Complejo Museográfico, cuya dirección estuvo a cargo de Enrique Udaondo durante casi 40 años hasta su muerte, en 1962.

‘Era un hombre enamorado de la historia, que puso al servicio de su pasión, su fortuna, su biblioteca, sus colecciones y su vida. En su honor, el Museo hoy lleva su nombre porque fue su mayor impulsor’, describió Melloni de Mallol.

‘Era un coleccionista voraz. Nadie quería que Udaondo apareciera porque te pedía algo’, comentó en broma, Mauricio Cano, jefe del Departamento Técnico del Complejo, mientras ambos compartieron que ‘incluso llegó a vender una estancia para crear un pabellón’.

Cuando Udaondo asumió la dirección, el complejo solo constaba del Cabildo, que se encontraba ‘muy deteriorado’, y la Casa del Virrey.

Sin embargo, en cuatro décadas el ‘apasionado del patrimonio’ logró la adquisición de los terrenos colindantes donde reconstruyó antiguos edificios coloniales, como una capilla, la Aduana Vieja y el Convento de las Monjas de Santa Catalina.

‘La idea es muy simple y compleja a la vez: encontrar la identidad nacional en la fusión del indio con el español. Ese es el momento colonial. El museo se convierte en una gran maqueta de lo que Luján podría haber sido, pero en realidad no fue; porque no fue una gran ciudad colonial, sino una pequeña villa’, explicó Cano.

Udaondo logró traer al museo piezas de relevancia, tales como un poncho azul con bordados en seda, lana e hilos metálicos que el último virrey del Perú, José de la Serna, le obsequió en 1821 a José de San Martín, y luego este regaló a unos amigos que le dieron alojamiento en Mendoza.

Pionero. El hidroavión Plus Ultra, que el 22 de enero de 1926 realizó por primera vez un vuelo entre España y Sudamérica, con destino a Buenos Aires.

 

La primera locomotora que circuló por las vías del ferrocarril argentino con un viaje inaugural en 1857 entre una estación ubicada en donde hoy se levanta el Teatro Colón y la estación de Floresta, La Porteña, también se encuentra en el museo; al igual que la reconstrucción del emblemático velero ‘Legh’ del navegante argentino que dio la vuelta al mundo, Vito Dumas.

También cuenta con la presencia del hidroavión Plus Ultra, que el 22 de enero de 1926 realizó por primera vez un vuelo entre España y Sudamérica, con destino a Buenos Aires, donde fue recibido el 10 de febrero de ese año por una multitud de personas que ovacionaron la hazaña.

Udaondo es considerado ‘pionero en la museología’ ya que incorporó elementos que no eran habituales en museos, tales como un molino, al tiempo que hizo hincapié en mostrar elementos gauchescos o rurales y también de pueblos originarios, los cuales no eran considerados ‘piezas dignas de estar expuestas’ para la época.

La dirección actual del ‘infinito’ museo busca destacar a sectores con menos representación a lo largo de la historia. En esta línea, el museo muestra a las mujeres de la Independencia. En el museo puede observarse el colectivo en el que viajó el Papa Juan Pablo II en 1982 y la bicicleta con la que Ricardo Núñez atravesó los cinco continentes, recorriendo 63 países a lo largo de 85 mil kilómetros.