Desde hace semanas se venía planeando y finalmente llegó tan ansiado momento. Las escuelas de capacitación laboral de la rama privada realizaron una nueva edición de la típica muestra que concretan desde hace varios años. Asentados en la Galería del Correo Argentino, decenas de escuelas edificaron sus pequeños pero atiborrados stands, para presentar los productos que hacen y las habilidades que adquieren los estudiantes durante los dos o tres años que dure la carrera. 

Hubo un popurrí lleno de alegría y color. El evento anual tuvo representación de todos los rubros y sectores del conocimiento que aspiran enseñar. Algunas cautivaron al público más que otras, como el stand de maquillaje, donde muchas niñas y madres del público peatón se acercaron a hermosearse y resaltar sus mejores rasgos, e incluso animarse al maquillaje estilo princesa de Disney. Otro de los más concurridos fue el espacio del laboratorio de bioquímica e idóneos de farmacia. Varios decidieron que los nuevos profesionales punzaran el dedo mayor de la mano para realizarse breves análisis como el de factor sanguíneo. 

El público fue muy nutrido, transeúntes y, sobre todo, familiares de los egresados y estudiantes de las escuelas de capacitación colmaron la ancha vereda. También disfrutaron de las cuantiosas y diversas delicatessen que presentaron aquellos que se dedican a la gastronomía. 

Laa escuelas de capacitación laboral, tanto en su rama técnica como en otra, están dirigidas a jóvenes desde los 15 años en adelante para aprender las herramientas que les permitan desenvolverse en el mundo del trabajo. En este caso, al ser de la rama privada, los estudiantes pagan un ínfima cuota mensual que varía pero, en promedio, cuenta 300 pesos por mes.