Los tripulantes de la Estación Espacial Internacional (EEI) esperaban con ansias la llegada de la capsula Dragon, cuyo decimoquinto cargamento se ancló al laboratorio orbital tres días después de partir desde Cabo Cañaveral, en Florida. Para recibir el envío, el astronauta norteamericano Richard R. Arnold extendió el brazo mecánico para asegurar la cápsula. Entre los suministros que pesaban 2.700 kilos estaba CIMON (Compañero Móvil Interactivo de Tripulación) el primer robot dotado con inteligencia artificial (IA).

 

Además de las barras de helado, arándanos y ratones para un estudio de bacterias intestinales, los seis tripulantes desempacaron con cuidado el primer sistema de asistencia en vuelo. CIMON es una esfera que mide 32 centímetros, pesa 5 kilos y muestra un rostro sonriente en pantalla. Tiene la capacidad de ver, escuchar, entender, hablar y volar, de una punta a otra del laboratorio espacial.

 

El androide circular fue diseñado para colaborar con los astronautas en trabajos rutinarios, como visualizar la lista de tareas o brindar soluciones a problemas elementales, gracias a su red neuronal y su capacidad de aprender. La intención es lograr que en un futuro, asista a la tripulación en el aspecto emocional, la logística o resolver cuestiones científicas.

 

El robot fue desarrollado por Airbus e IBM para la agencia espacial alemana, con la colaboración y supervisión del hospital universitario Ludwig-Maximilian (LMU). Como en el espacio no hay conexión a Internet, en sus bancos de memoria lleva una versión de Watson AI que funciona sin necesidad de conexión.

 

La activación de CIMON representará “un momento histórico”, pues será el primer robot de su tipo en interactuar con personas en el espacio, comentó Christian Karrasch, director de proyectos en el Centro Aeroespacial Alemán (DLR).

 

Fue el propio Alexander Gerst, actual comandante de la EEI, quien ya lo probó en Tierra, por lo que su voz y rostro están sincronizados para ser reconocidos de inmediato. La intención, según explayó Karrasch, es que esté al servicio de los astronautas en el módulo Columbus de la EEI. Este organizador inteligente les permitirá trabajar y emplear su tiempo de una manera más eficiente.

 

La primera etapa de adaptación de CIMON consta de tres desafíos. En el primero guiará a Gerst a través de un experimento de crecimiento de cristales. En el segundo CIMON deberá observar un cubo de Rubik a través de su cámara y dará instrucciones para que Gerst logre resolverlo. La tarea final será registrar y ayudar al astronauta mientras realiza un complejo experimento médico.

 

Para moderar las interacciones esta esfera voladora se vale de tres cámaras, una de las cuáles está dedicada al reconocimiento facial. Para recibir las instrucciones tiene siete micrófonos distribuidos por su cuerpo y una pantalla para mostrar contenido. Está dotado de sensores ultrasónicos para medir distancias y 14 ventiladores para regular el movimiento.

 

La cápsula Dragon permanecerá vinculada a la EEI (a 400 km de la Tierra) durante un mes, antes de regresar a la Tierra con el resultado de los experimentos científicos. Funcionarios de la NASA indicaron que su llegada marcó la trigésima vez que los astronautas capturaron una nave espacial visitante con el brazo robótico Canadarm2 de la estación, construido por la Agencia Canadiense.

 

Además, un experimento de microgravedad probará la efectividad de las drogas para el tratamiento del cáncer, mientras que otra pieza de hardware -el Experimento de radiómetro termal Ecosystem de la NASA en (ECOSTRESS)- se montará en el exterior de la estación para rastrear cómo las plantas en la Tierra responden al estrés calórico y también a la falta de agua.

 

Fuente: Clarín