La familia Flores vivió un terrible momento este sábado. Es que, a la tristeza de cinco hermanos por el fallecimiento de su madre se sumó la terrible tarea de tener que cavar la fosa en la que la enterrarían en el cementerio municipal de Ullum, porque los encargados del lugar no la habían hecho.
Según relató Pablo Flores, uno de los hermanos, la familia tiene en el lugar un terreno que compraron hace casi 20 años. Tras el deceso de su madre, fueron a hablar con los encargados del cementerio para realizar los papeles correspondientes para el entierro.
“Ellos nos preguntaron si queríamos que la fosa se hiciera a 3 metros de profundidad o a 1,40 metros. Pero nos advirtieron que si queríamos la mayor profundidad debíamos dejar a mi madre en el depósito hasta mediados de esta semana, porque la máquina que usan para hacer esa tarea estaba rota. Nosotros decimos entonces que se hiciera a 1,40 metro, no queríamos que quedara allí de ese modo. Nos dijeron que íbamos a tener que pagar para que hiciera el pozo y nosotros aclaramos que no teníamos problema y nos pidieron que abonáramos ese costo este martes, cuando termináramos el trámite”, relató el hombre.
Como consecuencia, el sábado el cortejo fúnebre llegó al lugar, pero los frenaron en la puerta. “Nos dijeron que la fosa no estaba hecha, solamente estaba marcada. Vivimos un terrible momento y decidimos hacerla nosotros”, contó Flores con pesar.
De inmediato, la familia pidió palas y los cinco hermanos, sus sobrinos, vecinos y amigos debieron ponerse a cavar. “Lo que más me dolió es que nos dijeron que no habían tenido tiempo de hacerla porque los empleados ‘estaban realizando otra obra’. Les dije: ‘Esto no es una obra, es el lugar de descanso de mi madre’. Fue un momento muy duro”, confió el hombre que decidió hacer público el caso para que no se repita.