Las papas son ese mágico ingrediente que va perfecto con casi cualquier cosa. Y es que nos encantan: son baratas, versátiles y fáciles de cocinar porque su sabor hasta solito es delicioso. El puré es ese tipo de preparaciones que a simple vista parece muy sencillo -y lo es-, pero te damos algunos trucos que harán que subas a las grandes ligas y te luzcas.

1. EL TIPO DE PAPAS

Aunque hay muchas variedades de papa hay algunas que no ayudan por la cantidad de líquido que tienen. Te recomendamos utilizar papas rojas (tienen más almidón y menos agua) de un tamaño mediano;  una vez cocidas y machacadas, hay que ponerlas en el sartén a que quede lo menos aguado posible (recuerda que vas a agregar más cosas después que mejorarán su textura).

2. CON PIEL, SIN CORTAR Y SIEMPRE CON AGUA FRÍA

Para cocer las papas, partir de agua fría te ayudará a que los almidones no se rompan con el choque térmico, por lo que tu puré tendrá una consistencia más untuosa que granulosa. Agrega sal de grano y si quieres, alguna hierba de olor al fondo de cocción. También hay quienes las cuecen en leche para que tome sabores lácteos desde la cocción.

La piel es importante porque dará mejor sabor a tu puré. Si las pelas, las papas absorberán mucha más agua y las féculas se desprenderán, quedando en el líquido donde las cocinaste. Evita un puré-chicle nada agradable.

3. TAMIZAR

Aunque es más laborioso, te recomendamos que el machacado de las papas sea manual para no romper la fécula y evitar el efecto chicle. Si odias los purés granulosos y con grumos, pasa la papa machacada por un colador o tamiz. 

4. LA MAGIA DE LOS LÁCTEOS

La mayoría de las personas expertas utilizan manteca para dar esa consistencia untuosa y sabor delicioso al puré. En teoría, por cada kilo de papas debes incorporar ¼ de manteca, pero te tenemos un truco. Agrega la mitad de manteca y la otra mitad de queso crema en frío mientras las papas están calientes. El sabor ácido es magia pura. Si aún no logras la consistencia que buscas, agrega crema y leche entera -estas dos a temperatura ambiente-. Los líquidos agrégalos progresivamente para que no te quede aguado.

5. EL VALOR AGREGADO DE SABOR

Es importante que tengas claro que la papa absorbe mucha sal, entonces que no te dé miedo echarle. Cuando estés agregando los líquidos checa el sazón para que quede completamente a tu gusto. Para coronar un buen puré de papa puedes poner un toque extra: queso parmesano rallado, cebollín o nuez moscada.

Fuente: Animal Gourmet