Según datos de la revista estadounidense Newsweek, entre el 15 y el 20 por ciento de los matrimonios son “asexuados”. Así es como ese reconocido medio define a las parejas que tienen sexo unas diez veces al año o menos. Y es muy normal que las parejas entren en esa fase cuando se convierten en padres. Si bien el dato es alarmante, sirve para tomar conciencia de que la llegada de los hijos es un parteaguas y que depende de cómo ustedes hagan las cosas para que sean solo papá y mamá, o una pareja en la que además de ser padres son amantes.

 

El parto es una experiencia única pero también muy traumática. Por eso, después de vivirla y antes de retomar la actividad sexual es muy importante tener expectavias reales. El tejido vaginal se encuentra dañado y las heridas pueden tardar semanas en sanar. Además, la mujer atraviesa una revolución hormonal y está bajo mucho estrés. Entonces, ¿qué cosas deberían tener en cuenta antes del reencuentro?

 

 

La cuarentena. Se aconseja esperar seis semanas para tener una relación sexual con penetración vaginal, aunque conviene consultarlo con el médico. Puede suceder que algunas deban esperar las seis semanas, mientras que a otras les den luz verde a partir de la segunda o tercera. ¿Por qué existe esa diferencia? Pues porque a las dos semanas el útero se achica al tamaño de un embarazo de tres meses y el cérvix se cierra. Por lo tanto, ya sería seguro tener relaciones con penetración. El problema es que la mayoría de las mujeres no se siente cómoda hasta pasadas varias semanas y es muy importante que retomen el sexo a medida que van sintiendo que están preparadas.

 

En el caso de quienes hayan tenido una cesárea, es recomendable que esperen aproximadamente un mes y medio porque han tenido una operación en la que se cosieron muchos tejidos internos.

 

¿Qué hacer si tienen muchas ganas? Si se mueren de las ganas, pueden retomar la actividad a través de juegos que no involucren ni penetración vaginal ni sexo oral porque como aún no han sanado las heridas, se pueden producir infecciones.

 

¿Hay que cuidarse? Aunque existe la creencia generalizada de que cuando la mujer está amamantando no puede quedar embarazada, ¡no es cierto! Entonces, cuando vuelvan a tener relaciones sexuales, deberán buscar un método anticonceptivo.

 

Sequedad vaginal. La lactancia puede afectar la producción de estrógenos y eso produce sequedad vaginal. En esos casos, les recomiendo que tengan en su mesa de noche un buen lubricante artificial, a base de agua o silicona, para disfrutar sin molestias de fricción.

 

Las posturas sexuales más recomendadas. Probablemente las posturas que antes les parecían más placenteras ahora les resultarán incómodas. Es necesario que estén abiertas a experimentar nuevas posiciones. Generalmente, las mujeres prefieren aquellas en las que pueden tener el control de los movimientos, como las laterales o en las que se colocan encima del hombre.

 

¿Qué pasa con el deseo? Es normal que el deseo en la mujer disminuya tras el parto, ¡pero es algo temporal! Ambos deben estar preparados para ello. El trauma físico del parto, los cambios hormonales, las molestias del posparto y toda la atención que demanda un bebé recién nacido hacen que la libido descienda a niveles nunca antes imaginados. Sin embargo, no deben permitir que esta situación se prolongue por siempre; ¡recuerden que es temporal!

 

Los Kegel. Para volver al ruedo es necesario ponerse en forma y para ello están los ejercicios Kegel. Son fantásticos para cualquier etapa de la vida y especialmente después de dar a luz. Además de acelerar el proceso de curación, fortalecen y le devuelven la tonicidad a los músculos del piso pélvico o pubococcígenos, que se distendieron con el parto, porque a mayor tono muscular, más disfrute sexual. ¿Cómo localizar esos músculos? Cuando estén orinando, traten de frenar el flujo de la orina y luego permitan que salga otra vez. Esos músculos que sienten que se mueven para controlar la salida de la orina son los pubococcígenos. Entonces: contráiganlos, mantengan la contracción de 2 a 3 segundos, relajen los músculos y repitan. Es un ejercicio muy simple, pero requiere de una práctica regular para que el efecto sea real y duradero: se aconseja hacer 100 contracciones diarias. Parece muchísimo, pero se realizan rápido y son tan fáciles que los pueden hacer en cualquier momento.

 

Es fundamental tener expectativas reales sobre la vida sexual después de la llegada del bebé. Lleva tiempo ajustarse a los cambios y hay un período real luego del parto en el que no se puede tener la misma frecuencia sexual a la que estaban acostumbrados como pareja, ni mantener la misma intensidad que antes durante los encuentros sexuales. Igualmente, es solo una etapa, y una vez que estén preparados, deben comprometerse a recuperar la pasión en la pareja; ¡con amor, trabajo y paciencia todo se puede!

 

Fuente: Alessandra Rampolla, para La Nación