Forestar algunas zonas que están descuidadas, incentivar la separación de residuos o crear huertas son algunos de los objetivos de los Clubes Ambientales Escolares. En San Juan este proyecto de la Secretaría de Ambiente y el Ministerio de Educación nació en 2006, con el fin de que los alumnos de los diferentes niveles sean promotores de acciones que tiendan a cuidar el ambiente. Con el paso del tiempo nuevas escuelas se fueron sumando a estos grupos. De hecho, en los últimos 3 años la cantidad de instituciones educativas que tienen clubes ambientales creció notablemente. Según Susana Carrizo, directora de Educación Ambiental dijo que en 2016 hubo poco menos de 500 Clubes Ambientales, en 2017 fueron 520 y el año pasado, 650. ‘Creemos que en 2019 superaremos la cantidad de 2018, porque hace poco que comenzamos con la actividad y tenemos muchos clubes ya conformados’, agregó la funcionaria y dijo que en la actualidad hay unos 500 grupos.
Sobre la cantidad de alumnos que integran estos clubes ambientales, Carrizo dijo que es difícil calcular el número de chicos. ‘Hay algunas instituciones que tienen como mínimo 30 integrantes del club ambiental y hay otros que tienen muchos socios más. De hecho, hay escuelas en las que los clubes están conformados por todos los alumnos de los diferentes grados. Es por esto que nosotros calculamos que tenemos más de 20.000 chicos participando’, explicó y dijo que esperan este año tener el récord de estudiantes. Además, Carrizo comentó que los Clubes Ambientales tienen un proceder muy ‘dinámico’. Y, que por esa razón año a año varía la cantidad de clubes y de alumnos que se adhieren. ‘Hay chicos que pasan de grado y dejan los clubes o estudiantes que egresan de la primaria por ejemplo. Por eso todos los años se renuevan los clubes ambientales’, explicó la funcionaria al dar más detalles de por qué es difícil calcular la cantidad de estudiantes.
En cuanto a la razón del crecimiento, la funcionaria comentó que en 2006 tuvieron 35 Clubes Ambientales. ‘Se comenzó como una estrategia educativa para que se trataran temas ambientales en las escuelas, pero con el paso de los años comenzaron a crecer. Sin embargo, el aumento grande se dio hace 3 años. Con el Ministerio de Educación se hizo una resolución conjunta que lo declara al programa de interés y de aplicación en todos los niveles educativos, antes era sólo en los chicos de 4to grado. Ahí explotó la cantidad de clubes ambientales’, explicó y reiteró que esperan que este año sea más que positivo. ‘Actualmente estamos en pleno proceso de renovación y esperamos superar la cantidad de clubes ambientales el año pasado. Esperamos tener, a fines de julio, al menos 650 clubes como en 2018’, agregó Carrizo.
Crían lombrices y hasta fabrican ortopedia
“La calidad de las actividades también creció”, dijo Carrizo. Es que este programa que comenzó con el fin de hablar del cuidado ambiental, logró incentivar a los chicos a que se propongan proyectos ambiciosos y que incluyen hasta trabajar con la comunidad que los rodea. ‘Con el paso del tiempo los chicos se sienten más participativos.
Los alumnos sienten que la actividad de los clubes no debe quedar en las cuatros paredes del aula. Nos pasa que los estudiantes cuidan hasta los espacios verdes que tienen cerca de las escuelas. Hacen campañas y hasta reparten folletería a los vecinos‘, explicó la funcionaria. A continuación, algunos de los proyectos más destacados.
Andadores con bancos
Luego de observar la acumulación de esqueletos metálicos de muebles que había en la escuela, los alumnos del turno mañana de la escuela Castelli, de Rivadavia, decidieron reutilizarlos para crear el andador a un alumno. Luego, construyeron bastones, trípodes y caminadores que entregaron al hogar de ancianos.
Comunicadores en el Valle
Con el objetivo de preservar y proteger la flora y fauna de su departamento los chicos de la escuela astiqueña (Valle Fértil) Benito Linch confeccionaron cartelería y folletería que entregaron en la escuela y en la comunidad. Además, los chicos participaron la fabricación de compost en la planta de tratamientos
de residuos que hay en el departamento.
Trabajo con bacterias
Los alumnos de la escuela Luzuriaga (Albardón) recolectaron plásticos que fueron
desechados y crearon un proyecto que se basa en el cultivo de bacterias (en laboratorios)
para biodegradar el plástico.
Forestaron un museo
Los chicos de la escuela Modelo (primario), de Capital trabajan actualmente en un proyecto
que consiste en forestar algunos lugares. Los chicos ya plantaron 20 árboles con colaboración de padres y docentes en un espacio cedido por el Museo Manzini, en Zonda. La idea es que ellos mismos vuelvan habitualmente al lugar a cuidarlos.
Trabajo con lombrices
Los chicos del establecimiento Martín Miguel de Güemes, comenzaron a trabajar en el proyecto de Lombricultura. Los alumnos crían y producen lombrices, para que por medio de ellas y de residuos orgánicos se pueda fabricar abono denominado humus o compost. Hay estudiantes de la secundaria
que hacen el mismo trabajo en su establecimiento.
Con huerta propia
La escuela Julio Verne, de Pocito construyó una huerta y comercializan, aceitunas, arrope, dulce
de leche y otros productos. Otra escuela que también tiene huerta es la Carlos Vergara ubicada en Carpintería.