En una final desnaturalizada por la cantidad de lluvia que cayó desde que se inició, Colón perdió 3-1 con Independiente del Valle y se privó de sumar el primer título de su historia. Los tantos fueron de Luis Fernando León, Emanuel Olivera -en contra- y Dájome (Olivera había descontado provisoriamente).
Cuando todavía ninguno de los equipos tenía supremacía en el juego y los charcos se hacían notar en el campo de juego de la Nueva Olla en Asunción, fue el cuadro ecuatoriano el que aprovechó una pelota parada para sacar ventaja en el resultado y dejar perplejos a los 40.000 hinchas sabaleros que viajaron a suelo guaraní.
Fue una jugada muy fina y con polémica: León le ganó la posición a Guillermo Ortiz y sentenció la valla de Burián con su testazo. El árbitro Raphael Claus tuvo que chequear con el VAR si había sido en fuera de juego y finalmente lo concedió.
A los 5 minutos la continuidad de la acción se hizo insostenible por las zonas anegadas que impedían la circulación de la pelota y la terna detuvo el duelo. Tras una hora de interrupción, volvió a rodar el balón.
El equipo dirigido por Pablo Lavallén trataba de reaccionar cuando llegó el segundo golpe de Independiente: John Sánchez ensayó una corrida imparable por la banda izquierda, centró por bajo y facturó por el desvío en Olivera.
La historia se le hizo cuesta arriba al conjunto argentino que dispuso de una inmejorable situación para ponerse a tiro en el tanteador. Recién comenzado el complemento, Claus sancionó un penal polémico pero el Pulga Rodríguez no logró vencer a Jorge Pinos desde los 12 pasos. Desde allí, el cotejo se volvió un suplicio para los santafesinos. Esa jugada fue toda una señal de que la tarde noche paraguaya sería oscura.
Con la intervención crucial de su arquero, sus defensores centrales como bastiones, el argentino Cristian Pellerano (37 años) como termómetro en el mediocampo y los arranques de Sánchez y Dájome por las bandas, Independiente del Valle fue edificando el triunfo que tambaleó por el descuento sobre la hora de Olivera. Volcado en ataque, Dájome liquidó el pleito casi sin la oposición de sus rivales.
Los Rayados del valle se adueñaron de la final y bordaron la primera estrella de su escudo después de haber perdido la final de la Libertadores en 2016 con Atlético Nacional de Medellín. Así se convirtieron en el segundo equipo ecuatoriano en obtener este título tras la conquista de Liga de Quito en 2009. Y además tendrán la chance de disputar la Libertadores, Recopa Sudamericana y Suruga Bank en 2020 y el Mundial de Clubes en 2021.
Toda la desazón quedó para el Sabalero, que había realizado grandes esfuerzos para disputar la primera final internacional de su historia. Ahora tendrá que centrarse en la permanencia en el campeonato doméstico.