No es Lalola, no es El tiempo no para, no es Graduados, no es Un año para recordar y, sin embargo, 100 días para enamorarse tiene lo mejor de cada una de las producciones anteriores de Underground. Historia romántica con humor, la tira que este lunes estrenó Telefe presentó un primer capítulo de alta comedia.
Moderna, ágil, con diálogos picantes y sobrevuelo por todos los estados, propone un pintoresco retrato sobre los distintos tipos de vida conyugal, atravesado por la amistad. Dos tópicos abordados, habitualmente, por la productora de Sebastián Ortega. Personajes con interesantes perfiles y generosas dosis de ironía, frescura y honestidad brutal en algunas líneas se suben a un libro -escrito por Ernesto Korovsky, Alejandro Quesada y Silvina Frejdkes- que cuenta varios cuentos en un mismo cuento: no es sólo un juego de palabras, sino un lúdico planteo para conquistar espectadores de distinto frentes en tiempos en los que la televisión abierta intenta seguir haciendo pie. Qué mejor que tener una buena base desde donde pegar el salto.
Con un protagónico coral en el que se potencian Carla Peterson, Nancy Dupláa, Luciano Castro y Juan Minujín, 100 días… ofrece también las muy buenas actuaciones de Pablo Rago, Juan Gil Navarro y Jorgelina Aruzzi. Cada uno con su estilo a cuestas, la vara actoral está en un atractivo nivel, combinando verosimilitud, naturalidad y talento. No es la fórmula de Mascherano y 10 más. Se ve un equipo sumergido en tirar paredes, no de derribar, sino de construir.
Diego reapareció en la vida de Antonia y de todos sus amigos. ¡Parece que el regalo de aniversario es para la mejor amiga de Laura! #100DiasParaEnamorarse Nancy Dupláa @castrolucianoOk pic.twitter.com/LD1XadV6SV
— Telefe (@telefe) 8 de mayo de 2018
El ABC del guión dice que Laura (Peterson) y Gastón (Minujín) están casados hace 18 años, son socios en un prestigioso estudio de abogados especializado en divorcios, tienen dos hijos y miradas opuestas acerca de su matrimonio: para él está todo bien, para ella no. En un plano social más llano vive Antonia (Dupláa), mejor amiga de Laura, que trabaja en el mundo inmobiliario y que está casada con Coco (Rago), un bohemio de estos tiempos, que cría a la hija de ella como propia (Maite Lanata, que pinta para personaje). Pero con el correr de las escenas se sabe que la chica es hija de Diego (Castro), el gran amor de Antonia, un soltero codiciado que llega desde Chile para montar su propio consultorio de ginecología y obstetricia. Al grupo se suman Javier (Gil Navarro) e Inés (Aruzzi), un matrimonio que juega al amor acaramelado, pero de trasfondo amargo.
Sin los lugares comunes que suelen abundar en los estrenos, se pudo ir viendo quién es quién y, fundamentalmente, qué pasa entre esos quienes. Porque una de las virtudes de la tira es el tratamiento de lo vincular -“Sos la relación más larga que tuve”, le dice Antonia a Laura, amigas desde hace más de 20 años-, sostenido por el tiempo (de hecho el programa arranca con una postal del ‘96, y las chicas subidas al mismo auto que ahora las deja de a pie), la lealtad, la empatía, el amor, los recuerdos y los acuerdos… como el que firman Laura y Gastón, abogados y partes, acerca de los 100 días del título. Ya pasó el primero. Y valió la pena.