Con una huelga de hambre, clases públicas, animales de granja caminando por calles del centro porteño y otras acciones inéditas para la época que se sostuvieron entre agosto y octubre de 1972, estudiantes de veterinaria lograron que la carrera se independizara de agronomía y que el 23 de octubre se creara una facultad para formar profesionales "al servicio del pueblo".

Las protestas arrancaron por la materia de Anatomía Patológica. "El punto era que había que hacer las necropsias, es decir, las autopsias de los cadáveres de los animales y no teníamos mesa apropiada ni mucho menos techo. Se hacían en el pasto, cuando llovía no se podía y si había llovido eran en medio del barro o si hacía calor con las moscas y los insectos atraídos por el cadáver", recordó a Télam Jorge Pombar, entonces estudiante de segundo año.

Las primeras acciones fueron protestas frente a lo que entonces era el decanato de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que en esa época funcionaban juntas pero como dos escuelas separadas. "Ocurría que la mayoría de los miembros del Consejo Académico de la Facultad eran agrónomos, por lo cual, el manejo del presupuesto siempre era discrecional y se le daba poco a veterinaria", contó Pombar. Ante la falta de respuesta a esas demandas fue madurando el conflicto.

"Después del 22 de agosto, el día de la masacre de Trelew, el conflicto se agudizó. Comenzamos con una huelga estudiantil y con marchas en las calles, y en ese contexto el almirante Hermes Quijada nos amenazó con que si no levantábamos la huelga "nos sacaban a los balazos"", dijo.

Pero los estudiantes no estaban dispuestos a dar marcha atrás: el 29 de septiembre realizaron una necropsia pública en frente al decanato y los primeros días de septiembre desfilaron con un cordero por el centro porteño; hasta que el 19 de septiembre 21 estudiantes y dos auxiliares docentes comenzaron una huelga de hambre. "Todo esto llamó la atención de la opinión pública y nos hicieron muchas notas en radio y televisión; nuestros reclamos no eran sólo para que veterinaria sea una facultad independiente, sino también por la formación de mejores profesionales para el país y por veterinarios al servicio del pueblo", evocó Pombar.

El reclamo fue acompañado por artistas como Nacha Guevara, Luis Alberto Spinetta y Mercedes Sosa, quienes se acercaron a cantar con los huelguistas. La causa también llegó a la mesa de los almuerzos de Mirtha Legrand a través de la participación del hoy reconocido veterinario Juan Enrique Romero. "La forma de protestar era inédita, y nuestra bandera, que era formar veterinarios al servicio del pueblo fue muy bien recibida; lo que recuerdo con más emoción era el apoyo que recibíamos en las calles en cada manifestación", señaló Pombar.

Frente a la presión social y en un contexto de fricciones dentro de la universidad y del propio Gobierno, el 23 de octubre de 1972 se sancionó la Ley 19.908 que dio lugar a la creación de la Facultad de Veterinaria. "Si bien la resolución fue del rectorado, el origen fue nuestra lucha. Fue la única facultad en el mundo creada por los estudiantes y eso nos hizo dar cuenta de que lo que parecía una utopía se transformó en realidad", aseguró.

El camino recorrido fue contado en el libro "Victoria veterinaria" con la idea de que los estudiantes y graduados más jóvenes conocieran que la Facultad fue posible gracias a la unidad del movimiento estudiantil y a la lucha, a pesar de que parecía imposible.

Pombar recordó que una vez que se tuvo la Facultad "fue un antes y un después ya que con la participación de los estudiantes se logró incorporar a docentes nuevos, abrir nuevas cátedras y transformar lo que era una educación enciclopedista en una formación que incluyera la práctica".

En la actualidad, unos 800 estudiantes ingresan cada año a la carrera y unos 250 egresan.

"Eso no quiere decir que ingresan 800 y sólo 250 se reciben sino que hay un desgranamiento ya que la carrera es relativamente larga", explicó el decano de la Facultad Alejo Pérez Carrera.

El también veterinario dijo que el espíritu de la formación de profesionales para el pueblo siguió vigente: "Nuestra carrera tiene una mirada social muy significativa, de hecho tenemos en el actual plan de estudios una asignatura que es el taller de sociología rural y urbana y las y los estudiantes desarrollan actividades y prácticas solidarias". "También tenemos escuelas de formación profesional que están abiertas a la comunidad en temas como el adiestramiento canino, herradores o sommelier de carnes", describió.