Calmar a un niño en pleno berrinche es una de las tareas más estresantes a las que los padres se pueden enfrentar. A veces, aunque se tenga paciencia, parece que la situación se sale de control cuando llora. Esto puede ser controlable con el frasco de calma.

El frasco de calma es un interesante método que se creó con el fin de controlar las rabietas de los niños. Sin embargo, más allá de esto, se ha destacado como una alternativa de relajación para los padres; quienes también se benefician con su curioso efecto.

Fue diseñado por la reconocida pedagoga italiana María Montessori y, como bien demuestra el siguiente trabajo diseñado en 2018 por la Corporación Universitaria Minuto de Dios, sigue siendo una de las herramientas preferidas para combatir la angustia y la rabia en los niños.

Esta interesante herramienta funciona de forma similar a otras técnicas para paliar el estrés, dado que despeja la mente y proporciona tranquilidad. De hecho, se compara con los efectos del yoga, la meditación y otras prácticas adecuadas para la salud mental.

Se suele elaborar en casa con una botella de plástico, pegamento y purpurina. El resultado es un frasco de destellos que los niños pueden agitar en un momento de estrés o rabia para distraerse y relajarse. Asimismo, su uso facilita la comunicación y permite enseñar la respiración profunda.

Lo que más se valora de este recurso es que su uso no constituye un castigo porque es un método para distraer y tranquilizar al pequeño. De esta forma, es útil para afrontar las pataletas sin tener que tomar medidas drásticas.

Tal y como describe una investigación publicada en la Universidad del Azuay, María Montessori explicó que este artefacto es un invento que permite a los niños entre dos y cinco años organizar y centralizar su sistema nervioso en un estímulo concreto.

Cuando el pequeño está estresado, su ritmo cardíaco y respiratorio se aceleran y su mente queda bloqueada. Pero, una vez comienza a observar la caída lenta de la brillantina, se produce un modelo visual que ordena al cerebro reducir la agitación.

Por otro lado, este sencillo ejercicio estimula la capacidad de concentración del menor y estabiliza sus niveles de energía. Debido a esto, su uso se suele recomendar para viajes largos o momentos en los que hay una espera prolongada.

En resumen, los beneficios del frasco de calma para los niños son:

– Regula las emociones y controla el estrés.

– Canaliza la ansiedad y disminuye la respiración acelerada.

– Estimula la capacidad de concentración y aumenta la energía.

– Relaja la mente y crea hábitos de sueño saludables.

– Es un método de calma, pero también de autodescubrimiento para reconocer los sentimientos.

Por estas razones, también es posible que funcione en niños con riesgo de hiperactividad.

¿Cómo hacer un frasco de calma para mi hijo en casa?

Como ya te hemos mencionado, hacer un frasco de calma solo requiere de unos materiales básicos que, por lo general, están en casa o se adquieren en la papelería.

Materiales

– Un frasco de plástico con tapa.

– 2 cucharadas de pegamento con purpurina (30 g).

– 2 cucharadas de purpurina (color a elección) (30 g).

– 1 gota de colorante para comidas.

– Agua caliente.

– Champú para niños transparente.

– Pistola de silicona.

Instrucciones

Incorpora los materiales en el interior del frasco (excepto la pistola de silicona); dejando un dedo de aire para que los elementos se muevan cuando se agiten.

A continuación, pega la tapa con la pistola de silicona y asegúrate que la botella esté bien sellada.

Si lo deseas, antes de sellarla le puedes incorporar juguetes pequeños, figuras o pinturas fluorescentes. Lo más importante es que ninguno de los materiales sea tóxico.