Las fregonas acumulan gran cantidad de gérmenes y microbios y terminan oliendo mal según el uso que les demos. Por ello, es importante que al igual que hacemos con otros objetos o utensilios del hogar, las limpiemos correctamente y las renovemos cada cierto tiempo

Es importante limpiar la fregona con cierta frecuencia para quitar la suciedad u otros microorganismos que pueda haber en ella. Los expertos recomiendan hacerlo cada tres semanas aproximadamente. Sin embargo, si has recogido un líquido que se ha derramado en el suelo como vino, aceite o cualquier otro, es aconsejable limpiarla justo después.

La forma de hacerlo es sencilla. En primer lugar, es importante limpiar el cubo. Esto puedes hacerlo con ayuda de un estropajo, agua y jabón o lejía.

Una vez limpio, llénalo por la mitad de agua y echa un poco de jabón, preferiblemente del que utilices para los platos.

A continuación, introduce la fregona y, agarrando el palo con las dos manos, muévelo rápidamente como si fueses a hacer fuego. Escúrrela al menos cinco veces. Es aconsejable cambiar el agua la última vez para una mejor limpieza y añadir un chorro de vinagre blanco y limón para ayudarnos en la tarea de desinfección y limpieza.

Si la fregona está muy sucia, es aconsejable sustituir este jabón por lejía y dejar la fregona dentro del cubo durante al menos 20 minutos. Pasado ese tiempo, tira ese agua y llena el cubo de nuevo con agua y un poco de jabón con olor para quitar el olor a lejía.

Finalmente, déjala secar al aire para evitar que tome humedad.

Fuente: 65 y Más