En las últimas horas, salió a la luz que la Justicia está investigando a la ONG Remar, que ayuda a personas con adicciones. Todo se originó con una denuncia por supuesta trata laboral de más de 400 personas en las provincias de Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza y San Luis, donde Gendarmería realizó distintos allanamientos. DIARIO DE CUYO visitó la sede sanjuanina de Remar para conocer cómo trabajan, cuántas personas en recuperación tienen actualmente y qué opinión tienen al respecto de la investigación. Evangelina Benítez, una de las voluntarias que tiene a cargo una de las casas locales, negó la acusación y dijo que los internos no están retenidos ni explotados laboralmente. "Todo lo que hacemos es parte de los tratamientos. Las personas con adicciones trabajan para poder subsistir porque hay que pagar alquileres, comida y servicios de las 3 casas que hay en San Juan", dijo la mujer, que es de Rosario y vive en el hogar de mujeres con sus hijos.
Remar funciona en San Juan desde hace al menos 10 años. Tiene sus oficinas centrales en Mitre y Güemes, en Capital. Es ahí donde se hace la recepción de las personas que quieren comenzar con un tratamiento para salir del consumo de drogas. "Además de esta sede, en San Juan hay 3 casas más -dos son para hombres y una para mujeres y sus hijos-. En cada casa viven actualmente una 15 personas", dijo Evangelina, que comentó que ella trabaja para Remar de manera voluntaria hace 15 años. "Yo nunca fui adicta, pero me acerqué a ser voluntaria porque admiro el trabajo que hacen", dijo y desmintió en numerosas oportunidades que la ayuda que ofrecen es a cambio de explotación laboral.
Sobre la supuesta trata, razón por la que en otras provincias hay 7 personas investigadas, pues se cree que "malversaban" los fondos de lo que se vendía en las granjas y en las mueblerías, Benítez dijo que eso "es mentira". Comentó que en San Juan la gente que hace los tratamientos, que no son orientados por ningún especialista, no paga por su recuperación y que tampoco se la obliga a trabajar.
Dijo que la mayoría de las personas sale a vender a la calle los diferentes productos o las revistas de la ONG, porque de esa manera se puede recaudar fondos para cubrir los gastos de cada casa. "No sé cuánto se necesita para pagar los 4 alquileres y todo lo que se gasta en cada hogar, pero sólo acá -por el local del centro- pagamos $100.000 de alquiler", dijo y comentó que ellos reciben bolsas de especias que llegan de hogares de Mendoza para poder vender y muebles de San Luis que ponen a la venta en la sede de Capital.
"Con todo eso y lo que la gente de San Juan nos dona, podemos subsistir. Además, nosotros ayudamos a través de terapia ocupacional. Es decir que las personas tienen que trabajar y cambiar muchos hábitos para salir adelante. Se los obliga a que se levanten temprano, que almuercen juntos y hasta tienen un tiempo definido para el ocio", agregó y dijo que todo eso es organizado por voluntarios como ella. Y añadió que las personas con adicciones no manejan dinero, algo que en otras provincias fue utilizado como supuesta prueba de la trata, y dijo que eso es porque el tratamiento así lo dispone. "No pueden tener dinero. Ellos venden en la calle y rinden esa plata, caso contrario podrían usarla para comprar drogas o cigarrillos", reveló y comentó que hay mujeres que cobran la Asignación Universal por Hijo y que con eso, en muchas oportunidades ayudan con los gastos de la casa en la que viven o compran lo que sus hijos necesitan.
Por otra parte, dijo que en cada provincia, las personas que están en tratamiento vienen de otros lugares del país. Es que la idea es llevar a las personas con adicciones a un lugar donde no tengan contactos conocidos y no sepan dónde se vende droga. "Pero nadie está encerrado, ni obligado a quedarse", concluyó.
> De Mendoza, para recuperarse
Anabel Ocampo tiene 43 años y es de Mendoza. Hace 6 meses que está en San Juan en recuperación de las adicciones y dijo que Remar le abrió las puertas para poder estar mejor. "No somos víctimas de trata. Acá nos ayudan de verdad", dijo.
> A la espera de recibir el alta
"Estoy por volver a Mendoza luego de mi recuperación. Estar en Remar me ayudó mucho. Nunca me sentí explotado laboralmente. Por el contrario, hoy soy una persona nueva", dijo Adrián Sileoni, que tiene 26 años.