Graciela Faedo decidió plasmar en lienzo su pasión por la Patagonia. Ella es sanjuanina, como su marido, pero siendo un joven matrimonio en los años ’80 comenzaron a recorrer el sur argentino y nunca dejaron de volver. Con sus hijos chicos, más grandes y de nuevo solos, aquellos paisajes agrestes, únicos, la atravesaron para siempre. El mes pasado decidió dejar fluir esos colores, esas sensaciones y ponerlas en lienzo. Así surgió "Somuncurá", la muestra que inaugura este viernes en el espacio artístico del Club Sirio Libanés, que permanecerá expuesta un mes y las obras podrán adquirirse.
El nombre hace referencia al amplio territorio (de 25 mil kilómetros cuadrados) de la meseta Somuncurá ubicada en Río Negro, un lugar con una mística especial, dice la artista. "La traducción de la lengua mapuche es ‘la pieza que habla’, de acuerdo a una traducción más doctrinaria, que está en Internet es ‘Las piedras que suenan’, pero yo me quedó con la de los locales" comentó a DIARIO DE CUYO Faedo, sobre el área que supone que "hace ruido" por las diferencias térmicas y el viento constante.
Con una paleta de colores tierra, verdes secos, grises y hasta un negro pleno (con el que representó la noche patagónica), Faedo fue recreando aquellos lugares y vistas.
"Son distintos paisajes, tanto de la meseta, como de la llanura, el día y la noche, en una pequeña obra, de 40x 40 traté de pintar el viento; la sensación que había tenido en ese desierto tan impresionante", aportó la también integrante del colectivo 18 Mundos, que también detalló la técnica que usó para las obras que creó para esta exhibición. "Es una técnica mixta, con óleo, algunos espacios en blanco, con ausencia de pintura y tiene algunos agregados como telas, pedacitos de géneros y además circulitos de cerámica, pintados en la base de los colores predominantes de la obra. Representan para mí un calendario anual, porque son doce del mismo color y cuatro de distintos colores, que son el tiempo que siempre me hace falta, o que sería ideal para concluir un año. Es una percepción mía subjetiva" apuntó, Faedo que en pandemia comenzó paralelamente a trabajar en cerámica, de ahí que decidió sumar el material a las obras.
Hay un elemento que se repite: cercas o trozos de alambres de púa, que podrían entenderse con la "Patagonia sitiada", que muchas veces se ha denunciado, pero tiene que ver con algo muy personal. "Hay alambrados pero no que te impiden el paso, son secciones de alambre, algunos están tensos y otros cortados; hacen referencia a una parte de mi vida, son los distintos alambrados que he tenido que atravesar en mi vida, algunos me animé, los pude cortar y sortearlos; pero la mayoría siempre están, son desafíos y pruebas que voy superando permanentemente. Tienen mucha significación en mi vida, desde mi infancia hasta mi adolescencia, han determinado mi forma de ser. Yo sabía que había cosas que no quería hacer y no quería repetir, de pronto esos alambrados me recuerdan que se puede buscar el camino para pasarlos o animarse a cortarlos. Es un mensaje simbólico que me representa y viene de mi esencia" apuntó.
La muestra consta de 14 obras, de las cuales 11 están referidas absolutamente al Somuncura, todas en óleo. Las otras cuatro son de formato más pequeño, realizadas en papel de arroz, es un ensamblaje de materiales, con tintas y acuarelas.
Faedo destacó la decisión del Club Sirio Libanés de abrir recientemente este espacio de exposición (coordinado por Jorge Marún) en el café que está en la terraza. "Brinda un espacio a los artistas, que gratuito, donde podemos vender las obras. Si uno puede uno puede mostrar y vender, se cierra el círculo", aseguró.
EL DATO
Somuncurá. Muestra de Graciela Faedo, inauguración viernes 11 de febrero en Espacio de Arte Tres Cumbres, Club Sirio Libanés (Entre Ríos 33 sur). A las 20.00.