En un importante camino profesional que comenzó a transitar hace 40 años, cuando aún era estudiante de la carrera de Artes Visuales en la UNSJ, Alberto Sánchez Maratta se animó a dar otro paso más: exponer su obra a través de la red social de Instagram, donde esta semana subirá una nueva serie de dibujos y óleos, todos inéditos. En búsqueda permanente, en medio de la crisis sanitaria, el artista puso la lente en otra modalidad que no es la convencional para reactivar la labor en el atelier que tuvo que remodelar como consecuencia del terremoto que se produjo en San Juan el 18 de enero pasado.
"Empecé tímidamente en un principio, hasta que le tomé la mano sobre todo ahora, que volví a mi taller", manifestó este reconocido artista sanjuanino, docente y parte del equipo de investigación del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson -como curador invitado de la institución ya trabajó en la muestra 90/91 Papeles de viaje. Homenaje a Luis Oscar Polo Suárez Jofré, y en el guión curatorial de la colección permanente, en 2020, entre otras.
Con el deseo de registrarse en un concurso literario del Fondo Nacional de las Artes, Alberto cumplió con el requisito de abrir una cuenta en Instagram. Una vez que el certamen pasó, el hacedor entendió los beneficios que podía implicar el sostenimiento de una plataforma online, gracias al aporte de su círculo de amistades que lo empujó a "la aventura". Y con la "reducción de las oportunidades físicas de exponer en estos tiempos", comprendió el alcance sin limitaciones del sistema para exponer sus flamantes trazos.
"Habitualmente no era de mostrar mis trabajos, quizás porque encaraba mi trabajo en el campo del arte desde el sitio de la curaduría y la investigación, entre otras áreas. Entonces no me preocupé", destacó quien tiene en su haber gran cantidad de muestras colectivas pero sólo algunas individuales -como En Blanco en 2014-, y estuvo entre los seleccionados de la 1ra Bienal Nacional de Dibujo que tuvo sede en San Juan (2019). "Hoy descubrí cuánto puede ayudar y la manera en la que puede funcionar la red como una suerte de galería abierta y permanente", manifestó Sánchez que, de esta manera, pondrá a consideración de los usuarios 2 temáticas relacionadas con la naturaleza, más específicamente con la mirada puesta en los árboles; y en el tiempo "no humano" e "inentendible", como expresó el también escritor que, en la actualidad, continúa en el desarrollo del proyecto internacional Monvoisin en América, coordinado por Roberto Amigo.
Especies de todo tipo y con copas de diversas formas y tonalidades forman parte de Árboles en cuarentena, una colección que nació a partir de la observación, dejándose llevar por el silencio del paisaje cotidiano que vislumbraba desde las ventanas de su taller Casa dibujada y durante sus caminatas diarias por la ciudad, que se presentó desolada durante el cierre sanitario.
"Estos trabajos tienen que ver son mi entorno cercano, sin intentar copiarlos sino quedándome con esquemas más generales, no es algo figurativo", sostuvo el hacedor atraído por estos ejemplares como "testigos silenciosos de todo lo que pasa", porque "los árboles siempre están ahí", en alusión a una charla que tuvo con su hijo Nicolás (de 10 años) -el mayor de los hijos que tiene<BF> <XB>con Natalia Segurado, artista y actual directora del Museo de la Historia Urbana, con quien también tiene a Minerva, de 2-, mientras estudiaban la corteza de un viejo eucaliptus, en la que el niño le preguntó si los árboles recordarían esta situación.
A la par, Sánchez se encargará de manera semanal de nutrir este espacio con creaciones de otra serie denominada Meditaciones sobre el tiempo, que tampoco vió la luz de manera presencial, donde paisajes y figuras humanas aparecerán intervenidos por tortugas y serpientes. Ambas producciones se entrelazan entre sí, producto de la época en la que nacieron. "Tratan acerca de la manía de no entender los tiempos de los árboles, de los animales y de lo que sucede a nuestro alrededor porque esto no es un castigo divino", manifestó el maestro sobre los disparadores que provocan el vuelo de sus musas hacia terrenos inesperados para cobrar forma en el papel, mediante el uso de tintas y óleos, y luego saltar al modo online.
"La verdad es que esta red se ha convertido en una herramienta muy valiosa en estos tiempos para intercambiar pensamientos y entablar otra forma de comunicación, que influirá sin duda en cómo vincularnos de acá en adelante, como parte de una nueva normalidad. Lo interesante es que llegás a lugares insospechados, cosa que en una exposición física y convencional sería imposible. De modo que el diálogo que se establece entre la obra y la gente de otras culturas también es atractivo. No es lo mismo que lo vea un chico de Japón o Canadá, a que lo haga alguien cercano a vos, todo es valioso y diverso", subrayó sobre la "mirada del otro" que encontró Alberto en Instagram, donde ya cuenta con más de 700 seguidores.
Meditaciones sobre el tiempo

"El modo extraño en que transcurre con aceleraciones y lentitudes este tiempo que nos afecta y nos marca, es lo que represento con la metáfora de una tortuga; y con la serpiente como un símbolo clásico del paraíso perdido. A veces, esta serie se entrelaza con Árboles en cuarentena porque nació en la misma época", apuntó Alberto sobre otra de sus colecciones.
