La visita, anticipada sólo unas horas, sorprendió a varios de los comensales y llegó con la intención de echar por tierra rumores e incertidumbre. El presidente Mauricio Macri compartió en la noche del viernes una cena "relajada y cordial" con María Eugenia Vidal y su gabinete bonaerense, reunidos en Chapadmalalpara hacer un balance de lo actuado y comenzar a plantear su estrategia para las elecciones de octubre.

 

Luego de compartir rabas y risotto, Macri y Vidal quisieron dejar en claro que están juntos en la batalla "por no volver atrás" y por "mostrarle a la gente todo lo hecho hasta ahora". Cerca de la gobernadora reiteraron que el "plan V" (Vidal candidata a Presidenta) "no está ni siquiera bajo análisis y es una idea que nos hace mal a todos". No se habló de Roberto Lavagna ni de la UCR, afirmaron dos testigos.

 

La espontánea movida de Macri llegó al final de una semana en la que Vidal dio un paso trascendente: su oferta "superadora" a los docentes, hecha sin guiño previo de Balcarce 50.

 

"No los consultamos esta vez, tampoco ellos llamaron. El año pasado, a través de (Mario) Quintana nos pusieron un tope del 15 por ciento y terminamos como terminamos", se sinceró uno de los dirigentes que conoce el pensamiento de Vidal.

 

La oferta a los docentes, que de no mediar imprevistos terminará desanudando el conflicto potencialmente más grave de su administración, fue el último gesto de autonomía de la gobernadora en relación a la estrategia de austeridad encabezada por el presidente Macri y que ejecuta el jefe de gabinete Marcos Peña. "Consensuado", aseguraron desde La Plata y las oficinas de la mesa chica bonaerense en el Museo Ferroviario, cuidadosos de no promover roces innecesarios con la Casa Rosada, en tiempos de fluctuaciones del dólar y malos datos de la economía.

 

Antes y durante el "retiro", que culminó formalmente hoy, Vidal dejó en claro -según pudo saber LA NACION- que la estrategia "autónoma" de su campaña (conversada por su mano derecha Federico Salvai y Peña hace dos semanas) no terminará con la oferta al gremio de Roberto Baradel. Dar protagonismo a sus ministros para que defiendan su gestión en cada área- y de paso, proteger a su jefa y diferenciarse de lo hecho por Daniel Scioli – será uno de los inminentes cambios. También la política de obra pública, la contención social en los barrios carenciados, y la decisión de priorizar "avances concretos" más allá de los temblores de la economía.