Partido. No… partidazo. De esos que la gente lo vive a full. De esos en los que los corazones llegan a tener tantas pulsaciones que parecen explotar. Hockey sobre patines en toda su expresión. A lo sanjuanino. Así fue la final del Campeonato Argentino. Hoy, ya parece lejana aquella victoria por 4-2 de Concepción sobre Olimpia pero la emoción todavía perdura. Los dos dieron todo. Uno, Concepción, se quedó con la gloria. El otro, Olimpia, no pudo quedarse con el título pero sacó pecho con orgullo porque la luchó hasta el mismísimo final. Si hasta sacó el arquero faltando un minuto y eso le costó el cuarto gol del Azul. Una final que quedará el recuerdo. Una final que por primera vez no se jugó en el "Cantoni" sino en un nuevo escenario: El coqueto estadio "La Superiora", en pleno corazón de Rawson.
El partido en sí dejó realidades que pueden marcar el inicio de una nueva era. Es que las principales figuras en cancha fueron todos chicos que van apareciendo en el firmamento del hockey. En el CPC, Giuliano Giuliani mostró que es un distinto. Que su capacidades pueden llevarlo a estrella dentro de poco. Bien acompañado por Marcos Vega y Juan Rodríguez. Y, en Olimpia, otro que pinta para mucho: Francisco Bielsa.
Al margen de esa final que cautivó a una multitud (en las tribunas no cabía un alma) queda como punto principal que Concepción alcanzó su sexta consagración en los Campeonatos Argentinos (las anteriores habían sido en 1983, 2003, 2010, 2016 y 2018), alcanzando al histórico Estudiantil. Ahora los dos quedaron como los máximos ganadores.
En el nombre del padre…
Cada uno festejaba a su manera. Darío Giuliani abrazándose con los otros integrantes del cuerpo técnico afuera de la cancha. Mauro Giuliani igual pero con sus compañeros dentro de la cancha. Padre e hijo. Los dos campeones argentinos, un lujo para pocos. Papá Darío guardando, como siempre, su serenidad. Mauro, fiel a su costumbre, sin límites a la hora de festejar. Hombres de carácter distinto…
"Para mí este es un título especial, al margen que es el primero que logro con Concepción. Es especial porque no sólo lo logré con el club que me identifica, sino porque es felicidad para toda su gente. Y encima teniendo a mi hijo y a mi sobrino dentro de la cancha. Este es un año bravo. Ahora tengo que ponerme todas las pilas con las chicas de la selección", dijo Darío.
"Cómo no voy a estar feliz si todo esto es alegría para todo el CPC. Es mi tercer título Argentino pero tiene un sabor especial. Estos chicos, mis compañeros, son excepcionales. Hemos formado un gran grupo", aclaró Mauro.