El sujeto siempre negó haber cometido delito alguno contra la que era su hijastra y ahora es pareja de uno de sus hermanos. En su defensa, dijo que ella lo había acusado de violarla porque quería quedarse con unos lotes suyos. Pero las entrevistas que los psicólogos le hicieron a la denunciante y a él, echaron un poco de claridad a ese palabra contra palabra: de ella, informaron que presenta los indicadores usuales de las personas que atravesaron situaciones de abuso sexual. De él, dijeron que tiene el perfil de un abusador. Por esas, entre otras pruebas, fue que la fiscal Ana Lía Larrea había pedido que lo condenaran a 15 años; el defensor oficial que actuó en representación de la víctima, Marcelo Salinas, pidió 17 años de pena. Ayer, el juez que se encargó de resolver, Eugenio Barbera (Sala III, Cámara Penal) adhirió a los argumentos de ambas partes y condenó al sujeto, un experto constructor de 46 años, a cumplir 10 años de cárcel.
Pero no irá preso. Resulta que pasó 2 años y 8 meses detenido sin sentencia, y quedó libre cuando un tribunal evaluó que fue infundada la prórroga de su prisión preventiva, a 3 años.
Su defensor, Jorge Olivera Legleu, había solicitado que lo absolvieran, luego de cuestionar los argumentos de Fiscalía y la parte querellante. También había pedido anular el requerimiento fiscal por incorporar prueba que había sido anulada por el juez que investigó, pero sus planteos no tuvieron éxito. Ahora debe decidir si reclama o no ante la Corte de Justicia. Si lo hace, el fallo no quedará firme y su cliente seguirá libre.
Los hechos habían ocurrido entre 2007 y 2009, desde que la niña tuvo 12 años y hasta que tuvo 13. Entonces estaba a cargo del ahora condenado, porque era su padrastro.
Nada dijo hasta pocos días después de cumplir 18 años, cuando ya era madre de una nena y -según los psicólogos- hizo eclosión esa traumática carga, preocupada por la situación de su beba.
En junio de 2013, le contó a sus familiares más íntimos y denunció a su padrastro que pasó a estar preso, sospechado de violar reiteradas veces a la chica, delito agravado por haber sido el guardador y la situación de convivencia que mantenían.
"Hubiera querido más años por todo el daño que me hizo, pero estoy conforme, sólo espero que vaya preso", dijo la víctima.
El ginecólogo riojano Carlos Martínez sumó otra denuncia más por un supuesto abuso sexual a una paciente. El jueves pasado, la madre de una chica de 14 años denunció en Jáchal ante el juez subrogante Hugo Quiroga que había llevado a la niña a ese médico, por precaución, porque la chica les había revelado que un tío abusaba de ella. Pero lo que parecía un control de rutina, terminó en otro abuso sexual según la descripción que realizó de las prácticas a las que la sometió el profesional.
Así, ya son 17 las causas que Martínez registra en la Justicia: una de 2006, que ya prescribió. Otra de 2013 cuya prescripción está en discusión. Y otras 15 entre el año pasado y marzo último: 14 por abuso sexual (cuatro de ellas en Jáchal) y una más por presunta estafa, en una operación que supuestamente no realizó. Hasta ahora, el médico está seriamente complicado.