En 2005 fue condenado a 4 años de prisión por un robo con arma de fuego. En 2008 recibió otro castigo, también por robar, a 8 años. En su prontuario aparecen también otras causas por otros delitos contra la propiedad y contra la integridad sexual. Pero al parecer el escarmiento no está en sus planes, pues ahora sumó otra acusación, por un grave delito: la presunta violación de una menor de edad.
Su nombre es Jesús Olivera (36), investigado ahora luego de que una chica conocida suya de 17 años denunciara que la sometió sexualmente en una casa abandonada de Santa Lucía. Según fuentes judiciales, el hecho ocurrió un día de enero pasado, en horas de la siesta, cuando fueron a un canal (en inmediaciones de Balcarce y 25 de Mayo) a pasar la tarde. No estaban solos, pues en la juntada también se encontraba el novio de la menor.
Sin embargo, siempre según la denuncia, Olivera aprovechó que el chico pareja de la víctima salió en busca de algo y arremetió contra ella. La acusación indica que el sospechoso la llevó a una construcción cercana que se encuentra abandonada y que en ese lugar le mostró revistas pornográficas, con intenciones de tener sexo. La menor declaró que intentó resistirse pero que el hombre la tomó por la espalda y la penetró, señalaron voceros del caso.
Los primeros en enterarse fueron el novio y la madre de la denunciante. El chico ese día había vuelto al canal y había advertido que los otros dos no estaban. La chica primero tuvo temor, pero en un momento tomó coraje y se animó a romper el silencio. Enseguida hubo denuncia en la UFI Anivi (la radicó la madre) y apenas unos días después Olivera volvió a caer tras las rejas.
Hoy, la defensora Carla Manini y el fiscal Raúl Iglesias iban a presentarle al juez un acuerdo de juicio abreviado para condenar al imputado, que debía prestar su consentimiento. Pero el propio Olivera, que conoce de procesos penales, se negó tajantemente. "No doctora, no. Si yo no he hecho nada. Nunca la toqué, quiero que me hagan un ADN".
Entonces su abogada aprovechó la audiencia para pedirle al juez la excarcelación de su cliente. Aunque fue contradictoria, pues luego de eso solicitó que sea trasladado al Servicio Penitenciario, puesto que lleva más de un mes alojado en una comisaría, sin las condiciones pertinentes.
El fiscal Iglesias por su parte se opuso a la liberación del imputado, argumentando que existen elementos de convicción "contundentes", tales como pericias psicológicas y el testimonio de la menor en audiencia videograbada (Cámara Gesell). Además, expuso que el sospechoso podría fugarse o entorpecer la investigación.
El juez Meglioli resolvió finalmente dejarlo preso y ordenó el envío del sujeto al Penal de Chimbas. A la menor ya le practicaron hisopados en sus partes íntimas y también sus prendas fueron sometidas a pruebas genéticas. Ahora al imputado le extraerán también una muestra que se cotejará con las otras y que puede ser clave para su futuro.
Los pesquisas indicaron que esa casa abandonada donde ocurrió el presunto abuso era utilizada como una especie de "aguantadero", para reducir elementos robados.