El cura Justo Ilarraz fue condenado ayer a 25 años de prisión efectiva por abuso y corrupción de menores contra niños de entre 10 y 14 años, mientras se desempeñaba como preceptor en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo de Paraná (Entre Ríos), entre 1985 y 1993.
El Tribunal Superior de Justicia de Entre Ríos, integrado por Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel, consideró por unanimidad que Justo José Ilarraz es "autor material y responsable" de los delitos de corrupción de menores y abuso deshonesto, ambos "agravados" por ser el encargado de la educación de los niños. Los menores abusados cursaban un seminario impartido por Ilarraz.
En la lectura pública de la sentencia, el tribunal estableció que los costos del proceso correrán a cargo del sacerdote y aceptaron la petición de la defensa de las víctimas de enviarlo a prisión domiciliaria hasta que la sentencia sea firme.
El cura fue profesor en el Seminario Menor de Paraná y, en 1997, envió una carta al Vaticano en la que reconoció haber tenido "relaciones amorosas y abusivas con seminaristas menores".
La prisión preventiva para Ilarraz, bajo la modalidad de arresto domiciliario, comenzó ayer en un departamento ubicado en calle Corrientes de Paraná de donde no podrá salir el cura, y durará hasta que la sentencia quede firme.
Los magistrados encontraron culpable a Ilarraz de promoción a la corrupción de menores agravado por ser encargado de la educación de los mismos, en cinco de los siete casos denunciados. En tanto, fue declarado culpable de abuso deshonesto agravado por ser encargado de la educación de las otras dos víctimas que lo denunciaron y testimoniaron en el juicio, quienes hoy tienen cerca de 40 años.
Ilarraz, como lo hizo durante todo el proceso, se retiró rápidamente por otra puerta junto a su abogado y su hermano, con custodia policial y sin hacer declaraciones a la prensa.
El fiscal Francisco Ramírez Montrull calificó de "histórica" la condena "porque hay muchas otras causas abiertas a lo largo de todo el país y hoy la palabra de la víctima vuelve a ser escuchada".
Por otro lado, dijo que "ya se tomó la decisión de empezar el nuevo proceso judicial" contra Ilarraz, luego de conocer a una octava víctima.
"Es el momento que soñaba después de tantas pesadillas" dijo una de las víctimas tras la lectura del fallo, del cual se conocerán los fundamentos el próximo viernes 1 de junio.
Fabián Schunk, una de las víctimas de abuso del cura Justo José Ilarraz, le solicitó al papa Francisco que "mire a su pueblo, este es el momento para que haga algo porque la gente descree y necesita que mantengan la poca fe que les queda".
Por su parte, Julieta Añazco, referente nacional de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, también calificó de histórica la sentencia, y resaltó que "es la primera vez que una causa prescripta llega a juicio y con una sentencia a favor de la víctima".
Se trata del segundo juicio en Entre Ríos contra un integrante de la iglesia Católica, tras la condena a 25 años de prisión efectiva, también por abusos, al cura Juan Diego Escobar Gaviria en septiembre de 2017.
Representantes de la Red de Víctimas de Abuso Eclesiástico estimaron en 40 el número de personas que en su infancia y adolescencia fueron víctimas del cura Justo José Ilarraz, condenado ayer a 25 años de prisión por siete casos de abusos y corrupción de menores.
"Estimamos que hay alrededor de 40 personas que en su niñez han sido víctimas de este mismo cura", dijo Gabriel Cuesta, integrante de la Red. "En esta causa son siete los denunciantes", dijo, y agregó: "Seguramente van a aparecer algunos otros que se animen al sentirse un poco más protegidos con esta condena judicial". Télam y Efe