La denuncia la realizó la abuela de la víctima. Su nieta le contó que su papá le daba besos en la boca cada vez que ella lo iba a visitar con su mamá a la cárcel, dos veces por semana, durante dos años, desde que ella tenía 7.
A los 9 años de edad de la víctima, cuando su padre ya convivía con ella fue más lejos todavía. Varias noches la niña se despertaba porque su padre le acariciaba la vagina por arriba de la ropa interior y si bien ella le sacaba la mano y le decía que se fuera de la habitación, el episodio se repetía en otras madrugadas.
Se libró orden de captura contra el imputado, quien a la vez también tenia una orden de captura por incumplimiento a las salidas transitorias de una pena que estaba cumplimiento en el penal, por delitos contra la propiedad. Se mantuvo prófugo por varios meses hasta fue detenido por la policía.
El imputado por esta causa admitió ser el autor de lo que se le acusaba y acordó juicio abreviado, por lo que recibió una pena de 3 años de carcel de cumplimiento efectivo.
