Por Luis Eduardo Meglioli
Periodista. Autor de "40 años de democracia en España” y "Vida de Reyes”
El VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), que comienza mañana en Córdoba, contará con la presencia de los reyes de España Felipe VI y Letizia, quienes arribaron el domingo, y la reina de Dinamarca, Margarita, junto a su heredero el príncipe Federico. Es la primera vez que la pareja real española visita nuestro país desde la llegada al trono del hijo de Juan Carlos I y bisnieto de Alfonso XIII. Sin embargo, Felipe, siendo príncipe heredero nos ha visitado varias veces desde muy joven. Hoy tiene 51 años y cuatro años y medio de reinado, en cuyo transcurso se ha mostrado cauteloso en lo oficial y austero en el uso de las finanzas de la Jefatura del Estado que ostenta. Ha vivido su momento más grave el año pasado cuando el gobierno de Cataluña intentó hacer prosperar la vieja idea independentista. De acuerdo con el gobierno, Felipe asumió una actitud que fue calificada de "firme” por observadores de toda la península, mientras recibía las críticas de dirigentes catalanes que habían integrado el gobierno nacionalista de la región, denominado Generalitat.
Tal como expreso en mi libro "40 años de la democracia española”, de próxima aparición, algunos medios llegaron a comparar aquel 27 de octubre de 2017, con el 23 de febrero de 1981, del intento de golpe de Estado en España, que fue desbaratado por el rey Juan Carlos. En esta ocasión, hace poco más de un año, el parlamento catalán había votado por la Declaración unilateral de independencia de Cataluña y la proclamación de la República Catalana, mientras el Congreso de España aprobaba por primera vez la aplicación del artículo 155 de la Constitución española de 1978 para intervenir la autonomía de dicha Comunidad.
Más atento a su relación y comunicación con los españoles que a las inquietudes de la nobleza española y las actividades protocolares, Felipe de Borbón y Grecia, rey de España desde el 19 de junio de 2014 después que abdicara su padre, Juan Carlos I, ostenta la jefatura del Estado y el mando supremo de las Fuerzas Armadas. Pero también está su vida privada que muchas veces, inevitablemente, trasciende como la pública. Así, Felipe VI ha mostrado sobresaltos nada fáciles en su corto reinado, sobre todo originados por el carácter o personalidad de su esposa que comenzó a llevarse mal con su suegra, la reina Sofía, con sus cuñadas, las infantas Elena y Cristina, despertando la furia de su propio suegro, el rey emérito Juan Carlos. El problema es que estas desavenencias íntimas terminaron siendo públicas e incluso a la luz de la prensa.
Pero todo se fue apaciguando y al parecer las relaciones han mejorado.
No son conflictos nuevos ya que, como escribí en "Vida de Reyes”, cuando apareció Letizia en la vida de Felipe, destacada ex periodista internacional de TVE y de familia socialista, la reina Sofía intentó que no prosperara el noviazgo y habría recibido de parte de su hijo un no rotundo y la advertencia de que si tampoco aceptaba esta novia como sucedió con las dos anteriores, estaba dispuesto a renunciar al trono. Él, que había sido criado a imagen y semejanza de su madre, ésta vez daba un rotundo "no” a un pedido de la reina, mientras la prensa del corazón "descubría” que "estaban enamorados de verdad”.
Por su parte, la otra reina que nos visita, Margarita de Dinamarca, de 79 años, primera mujer en el trono de su país y desde 1972, llega acompañada de su hijo y heredero, el príncipe Federico, casado y padre de cuatro hijos. También en esta familia hubo crisis conyugales motivadas no por una tercera persona sino por los excesivos gastos en palacio que realizaba el esposo de la reina, el príncipe Enrique (en este país el consorte no adquiere el título de rey), sobre todo en decoración del palacio y grandes recepciones a sus amigos franceses. Esto motivó el mayor enojo de la soberana y pasaron a vivir en sendas alas separadas del palacio real danés, hasta, se especuló, el fallecimiento de Enrique, en 2018.
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Los reyes de España Felipe VI y Letizia, a poco de llegar al país.
