Tres personas, entre ellas una niña, murieron en el reciente bombardeo ruso a un hospital pediátrico en Mariúpol, informó ayer el Gobierno municipal de esa ciudad portuaria del sur de Ucrania.
"Tres personas murieron, entre ellas una niña", indicó la municipalidad. Un anterior balance daba cuenta de 17 personas heridas. Una cuarta persona murió ayer en otro bombardeo en otra zona de la ciudad, indicó la alcaldía.
El máximo responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó ayer que los ataques contra objetivos médicos son "violaciones muy graves" de la Convención de Ginebra, un día después de que Ucrania denunciara un ataque ruso contra el hospital infantil de Mariúpol.
Las Convenciones de Ginebra, un corpus legislativo internacional que empezó a formarse en 1864 y fue ampliado tras las guerras mundiales del siglo XX, regulan los derechos individuales en tiempos de guerra, en especial los del personal médico a ser considerado neutral para poder tratar a los heridos. Su violación puede ser constitutiva de crímenes de guerra.
El portavoz del gobierno de Francia, Gabriel Attal, condenó el ataque contra el hospital de Mariúpol como "inhumano" e "injustificable" en sus comentarios de ayer.
"Quiero decir que el ataque de Rusia contra el hospital fue inhumano y cobarde. Son mujeres, niños y personal sanitario los que han sido atacados, es injustificable", dijo en una entrevista con la emisora de radio francesa RTL. Volviendo a pedir un alto el fuego en Ucrania, Attal predijo que lo peor estaba por llegar en la invasión rusa.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, también condenó el ataque en Mariúpol, diciendo: "Hay pocas cosas más depravadas que atacar a los vulnerables e indefensos".
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó ayer que el hospital de niños de Mariúpol "no fue el único" destruido por las tropas rusas del líder Vladimir Putin desde el inicio de la invasión a Ucrania. Antes del bombardeo ruso perpetrado el miércoles, que dejó al menos tres muertos -entre ellos una niña-, otras dos maternidades fueron destruidas por las fuerzas invasoras, según indicó el responsable en ese país del Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA), Jaime Nadal.
"En Zhitómir (noroeste), la maternidad fue totalmente destruida. En Saltivsky, en la ciudad de Járkov (noreste), la maternidad también fue destruida", precisó el responsable en una entrevista por video con periodistas en la ONU, en Nueva York.
Preguntado justo después del ataque del miércoles al hospital de Mariúpol, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov dijo que "las fuerzas rusas no disparan contra objetivos civiles". No obstante, ayer indicó que el Kremlin examinará el incidente.
Otros funcionarios rusos adoptaron una línea más agresiva, rechazando el atentado contra el hospital como una noticia falsa. "Esto es terrorismo informativo", dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova.
Al menos 71 niños murieron en Ucrania desde el inicio de la ofensiva rusa, hace dos semanas, anunció ayer la comisionada de derechos humanos del Parlamento ucraniano.
El dolor por las fosas comunes
Los trabajadores de la ciudad de Mariúpol están enterrando apresuradamente y sin ceremonias a decenas de civiles y soldados ucranianos muertos en una fosa común.
Con las morgues desbordadas y más cadáveres sin recoger en los hogares, los funcionarios de la ciudad decidieron que no podían esperar para realizar entierros individuales.
Una zanja profunda de unos 25 metros de largo excavada en un antiguo cementerio en el corazón de la ciudad se está llenando de cuerpos recogidos por trabajadores del servicio social municipal de morgues y casas particulares, según atestiguaron periodistas de la agencia AP en el lugar.
