¿Cómo es posible que 14 años después de que Boeing pusiese en circulación el primer aeronave con conexión WiFi sigamos teniendo que conformarnos con el ‘modo avión’ en la gran parte de los trayectos?
El problema radica en varios factores, entre ellos factores económicos y técnicos que retrasan la adopción de esta tecnología.
Para ofrecer WiFi durante los vuelos los aviones se conectan tanto a torres en tierra como a satélites
Pues bien esto podría cambiar en Europa dentro de poco, ya que hay una apuesta firme a la EAN (European Aviation Network). Una nueva red diseñada para proveer conexión para las comunicaciones en pleno vuelo.
Permitirá velocidades de hasta 75 megas por segundo
El invento ha sido obra de uno de los principales jugadores del sector de los satélites, la firma británica Inmarsat. El primer cliente que hará uso de esta nueva infraestructura será el holding IAG, que aglutina a sus compatriotas de British Airways así como a Iberia, Air Lingus y a Vueling.
Los responsables del proyecto, en el que también está involucrado Deustche Telekom, llevan poniendo en órbita diferentes satélites desde septiembre de 2017. Todo para construir una red que prometen será capaz de ofrecer velocidades de descarga de hasta 75 megas por segundo. Esto supondría una cantidad superior a las conexiones de las que disfrutan algunos usuarios en sus casa. Además, desde la firma británica aseguran que este sistema está preparado para escalar progresivamente y ser capaz de ofrecer en el futuro 4G.
La EAN cuenta con un buen número de satélites para proveer de conectividad a los aviones pero también lo hace con antenas situadas en tierra.Y aquí es donde entra en juego Deutsche Telekom -la mayor teleco teutona- que ha recibido el encargo de desplegar, a lo largo y ancho de treinta países europeos un total de 300 estaciones base, que han tenido que ser especialmente diseñadas para estos fines.
La mecánica que incluyen los mástiles -obra a su vez de Nokia (el gigante de las redes, no la Nokia de los móviles, que son negociado de HDM)- son una pequeña obra de ingeniería capaz de proporcionar señal a un dispositivo que viaje en el interior de una cabina que está a 10 kilómetros de altura.
Las nuevas antenas en tierra pueden dar señal a un dispositivo que viaje a 1.200 km por hora
Según los responsables de Inmasart este sistema mixto permitirá evitar también los problemas de saturación cuando hay grandes picos de demanda, con varios vuelos en el entorno de un gran aeropuerto por ejemplo.
“Si hay un gran número de conexiones, hacer uso sólo de satélites ubicados a miles de kilómetros es un reto tecnológico mayúsculo”, aseguraban los responsables de Inmarsat durante la prueba hecha hace unas semanas en Barcelona, donde conectaron realizaron una vídeollamada para conectar con el pasaje de un vuelo en directo. Este sistema, de antenas situadas en tierra firme, ya es utilizado en EEUU, donde las cifras oficiales estiman que ocho de cada diez vuelos domésticos o regionales ofrecen el servicio de wifi a bordo.
El problema es que el ‘taller’ donde se hace esta instalación está en Francia. Esto supondría tener que desplazar allí la aeronave durante una jornada, dejándola fuera de servicio, sin trasladar pasajeros durante un día con la consiguiente pérdida. “Eso es algo similar a lo que ocurre actualmente que hay que llevarlo a Budapest”, explica Alfons Claver, responsable de comunicación de Norweigan, una de las aerolíneas que más fuertemente ha apostado por el wifi como reclamo en sus vuelos.
“Aunque la instalación sea cuestión de un día, hay veces que recibimos el avión en épocas de gran actividad y es imposible buscarle un hueco hasta pasados varios meses y eso lo retrasa”, añade el portavoz de la compañía, que ya dispone en 109 de sus 118 Boeing 737-800 de este servicio. “En abril pretendemos llegar al 100%”.
Fuente: El Confidencial