Entre tantos espacios ganados por la mujer, sin lugar a dudas uno de ellos es la Música. Es que la historia lo cuenta y los hechos lo demuestran: Por años las voces femeninas solistas permanecieron en el anonimato, o al menos una gran mayoría respecto de la cantidad de hombres abocados a esta actividad. Las cosas han cambiado y mucho. Al menos en San Juan, cada vez hay más chicas haciendo sus propios shows en pubs, festivales, eventos, o en el mismo Auditorio Juan Victoria. El rock, el pop, el blues, entre otros, son los estilos que eligen para su repertorio y van ganando adeptos.

Actualmente hay alrededor de 20 cantantes, la mayoría no pasa los 30, incluso los 25 años y ya forman parte de las preferencias del público local.

¿Serán los nuevos ritmos incorporados, la reivindicación femenina, los prejuicios que van cediendo, algunas de las razones que han ocasionado este boom de voces nuevas?

Quizá sea una sumatoria de cosas. Cuatro protagonistas opinan y dan sus puntos de vista.

Dos de las que marcaron el rumbo fueron Erica Alonso y Melisa Quiroga, que si bien son jóvenes llevan la delantera en este arte desde hace muchos años.

Pura evolución

 

Melisa Quiroga comenzó a cantar a los 16 aunque en honor a la verdad fue cuando subió por primera vez a un escenario como cantante amateur. Actualmente tiene 29 años y desde hace menos de uno decidió dejar su trabajo para vivir de la música.

“Empecé a cantar desde chiquita, pero arranqué a los 16 haciendo shows con la banda Legado. Pasaron los años y llegó el Concurso del Soñando (N.de Redacción: Soñando por Cantar, el programa de Marcelo Tinelli), en Buenos Aires cuando tenía 20, y luego de eso empecé a hacer shows sola. Recién hace menos de un año renuncié a mi trabajo porque empecé a sentir que le quitaba tiempo a la música que es mi forma de expresión y lo que más amo”, relata Melisa.

Respecto del fenómeno de las cantantes solistas femeninas cree que “últimamente las mujeres se están animando más a cantar. Ha evolucionado el pensamiento, antes cantaban más lo varones que podían trasnochar o trabajar de noche y por ahí no estaba tan mal visto pero tampoco era la profesión que podía llegar a elegir una mujer. Ahora hay más mujeres trabajando en lo cultural y se nota en la calidad de interpretación y en la calidad artística Las chicas nuevas que se están animando a hacerlo tienen entre 20 y 25 años, indudablemente son las que están provocando un cambio. Muchas se preparan muy bien para desarrollar su actividad. Vienen con toda la juventud encima y aun cuando están creciendo muy rápido lo están haciendo bien. Claro que no hay que perder de vista que siempre se sigue aprendiendo”.

Si bien el “Soñando” fue un espaldarazo, Meli tiene formación musical desde la cuna ya que sus padres fueron músicos reconocidos. “Esa era nuestra vida ya que aunque estuviéramos jugando estabamos aprendiendo música. Después tuve varios profesores en Mendoza y en San Juan”, cuenta.

Los escenarios en los que actúa Melisa son diversos. Tanto que desde hace muchos años canta con la Camerata San Juan. Todo comenzó cuando la llamaron para hacer un homenaje a Mercedes Sosa y cantó junto a Gabriela Zunino. Desde entonces es un lujo que se da muy seguido.

Gran gestión cultural

 

Erica Alonso es otra de las grandes referentes solistas que hay en San Juan. Se la puede escuchar en un pequeño pub o en el escenario mayor con la Camerata San Juan.

Canta desde pequeña pero cumplió con los mandatos sociales y familiares e hizo una carrera universitaria. Es licenciada en Comercio Internacional pero desde hace cinco años aceptó que su vida era la música y está totalmente abocada a la actividad.

“A los 20 años empecé a cantar como hobby aunque siempre me gustó mucho, pero yo estudiaba otra carrera y recién transformé esto en mi modo de vida hace unos años. Muchos factores influyeron para que esto sea así. Uno crece escuchando que debes tener un título universitario, o tener un trabajo en forma dependiente, pero siempre termina ganando el corazón y la pasión por la música. Me llevo tiempo aceptar que ese era el camino que yo quería hacer. Así es que en esos términos mi experiencia profesional es menor”, cuenta.

Tal como su sus pares considera que en la provincia hubo profundos cambios. “Creo que hay más gestión cultural, hay más personas que están abocadas a generar esos espacios y propuestas. Además el público es cariñoso y acepta con los brazos abiertos todo lo que se gestiona. Creo que ese es el principal factor de cambio que está abriendo nuevos caminos. Para mi es una grata sorpresa ver todo lo que está sucediendo, como se están moviendo para hacer cosas”, asegura Erica.

Ella pone el acento en la gestión cultural, ya que de lo contrario no habrían escenarios abiertos para mostrar los talentos ni públicos que los reciban.

“La música como trabajo aún encuentra en algunos sectores algo de resistencia pero son mayoría los que la valoran como tal. Lo bueno es que esta mirada se abre cada vez más no sólo para las mujeres que cantan sino también para las que ejecutan instrumentos. Cada cada vez hay mayor participación en bandas y orquestas. Eso está genial”.

Una nueva voz

 

 

María José Bittar es una de las revelaciones en los escenarios locales tanto que casi puede vivir de la música. “Empecé grande, tengo 28 años, pero siempre canté. Fue gracias a que el Instituto donde iba a estudiar canto hacía una exposición en un local donde cantábamos todos los alumnos. Luego me dijeron si quería cantar y pensé que ya era el momento. Empecé a dos voces con Gonzalo Suárez, me sume a la banda Cheroga, y luego surgieron oportunidades de hacerlo como solista”, relata.

Primero su repertorio estuvo compuesto por muchas canciones de los 80 y 90, luego incorporó rock nacional, muchas canciones en inglés, lo que le redundó en una muy buena respuesta del público de los pubs y de festivales.

Respecto de las nuevas voces femeninas, María José piensa que “las chicas tienen otra forma de interpretación, son voces más dulces que se pueden escuchar en lugares donde la gente charla o come. También creo que las mujeres somos más osadas que los varones en los escenarios. Además otra cosa que yo veo es que todas estamos cantando con músicos en vivo y eso gusta mucho, ya no va más el uso de pistas, las cosas han cambiado mucho y eso se nota, el público lo valora”, agrega.

Si bien le queda poco para recibirse de Contador Público Nacional, algo retrasado por su reciente maternidad, no duda que la música seguirá siendo parte de su vida y su pasión y por qué no pensar en su única tarea laboral.

Con la música en los genes

 

 

Martina Flores tiene apenas 21 años y ya es una de las voces preferidas de la provincia y con dos discos grabados. “Nunca tuve que luchar para hacer música porque era mi forma de vida, mi entorno era música. Eso sí, recuerdo que cuando era chiquita iba al estudio de mi tío Lucio (Flores) y todos eran varones. Era lo que yo veía en ese momento. Sin embargo ahora las cosas han cambiado y veo cada vez más mujeres en esta actividad”, relata.

Ella es un caso especial porque a los 14 años ya cantaba en público, primero con su tío y luego con una banda que formó con compañeros de la Escuela de Música. Reconoce que aprendió de muchos profesores y sobre todo de su experiencia y presencia permanente en distintos escenarios. “Siempre he tenido una respuesta amorosa y respetuosa del público, puede haber alguna excepción de un desubicado, pero no es lo corriente. Calculo que en la actualidad deben haber unas 15 chicas cantando más las que no conocemos de otros departamentos alejados. Hay una apertura y una toma de conciencia a nivel mundial que se produce gracias a los movimientos feministas. Es una tendencia. Las mujeres tenemos mucho para decir ya que la historia demuestra que la música era territorio de los hombres. Hemos ganado mucho terreno, hay más mujeres que escuchan música y tenemos mucho para transmitir acerca de nuestra forma de sentir y de pensar. Es una sensibilidad diferente una forma de ver las cosas desde otro lugar”.

Firme y decida, tal como lo es para cantar en inglés o en castellano. Ya grabó dos discos que pueden escucharse en las principales plataformas musicales.