Tos, mucosidad nasal, piel azulada o muy pálida y temperatura mayor a 38 grados son los principales síntomas de la bronquiolitis, una enfermedad que puede afectar hasta al 70 por ciento de los bebés menores de dos años y cuyos primeros casos empiezan a aparecer en abril y se extienden hasta julio.
La causa más frecuente de la bronquiolitis es el virus sincicial respiratorio (VSR). Más de la mitad de los bebés están expuestos a este virus en su primer año de vida. Otros virus que pueden causar la bronquiolitis pueden ser: Adenovirus, Influenza y Parainfluenza.
Luego de estas semanasde calor , los expertos advierten que iniciaría en escasos días la temporada de bronquiolitis hasta aproximadamente el mes de julio. Se trata de una dolencia respiratoria que afecta las vías aéreas inferiores o ‘bronquiolos’ y ataca en particular a los más pequeños. “De fácil contagio y transmisión de persona a persona por el contacto directo con secreciones nasales, la bronquiolitis representa un riesgo para la salud pública por el gran número de hospitalizaciones en los bebés de alto riesgo", explicó el pediatra-neonatólogo Guillermo Colantonio (M.N. 88422), jefe de Neonatología del Sanatorio Finochietto.
Estadísticamente dos tercios de los menores de dos años podrían verse afectados por ese virus, aunque el experto destacó que "dicha afección no ataca a todos por igual, ya que son los infantes de riesgo los más vulnerables".
Quiénes son los bebés en grupos de riesgo
Se considera grupo de riesgo a los bebés nacidos prematuramente de bajo peso, o con ciertas afecciones pulmonares por haber recibido ventilación mecánica por largo tiempo. También forman parte del grupo considerado más vulnerable los chicos con cardiopatías congénitas, población que tiene un riesgo entre cuarto y cinco veces mayor de hospitalización por infección respecto de los niños sanos, así como más posibilidades de evolución grave y complicaciones.
¿Cómo puede prevenirse?
Como no existe una vacuna que evite el contagio, los especialistas recomiendan cuidar al bebé para prevenir la transmisión del virus, siguiendo una serie de hábitos como cumplir el Calendario Nacional de Vacunación, concurrir a los controles rutinarios con el médico y evitar la contaminación ambiental con humo de cigarrillo.
También se recomienda evitar el hacinamiento, impulsar y mantener la lactancia materna y cuidar la higiene, es decir, mantener limpias las manos de quienes están en contacto con el menor.
Las cinco claves, en síntesis:
1) Mantener la lactancia materna.
2) No exponer a los niños al humo del cigarrillo.
3) Lavarles las manos a los niños con agua y jabón con frecuencia.
4) Mantener alejados a los bebés de aquellas personas que están resfriadas o tienen tos.
5) Si alguien en la familia tiene alguna infección de las vías respiratorias, debe lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de manipular al niño.
Las conclusiones
"En la población vulnerable diversos estudios demostraron que si se llevan adelante todas esas medidas de forma conjunta disminuye la tasa de hospitalización, los días de oxígeno, la gravedad del cuadro respiratorio y, junto con ello, la mortalidad", aclaró Colantonio. El especialista detalló que, sobre todo en los meses de mayor circulación viral, se debe estar atento a la aparición de los siguientes síntomas: mucosidad nasal, tos, catarro, respiración más rápida (taquipnea) o ruidosa con silbidos (sibilancias) y hundimiento de las costillas al respirar.
También se debe prestar atención si el niño se agita fácilmente, si tiene dificultad para alimentarse o conciliar el sueño, la piel azulada o muy pálida o temperatura mayor a 38 grados.
"Ante la aparición de los primeros síntomas, como dificultad respiratoria, agitación, dificultad para comer o dormir, es fundamental consultar con el médico", concluyó Colantonio.