Fotos: archivo DIARIO DE CUYO y colaboración Matías Grinstein

Una combi, un colectivo, una camioneta o sencillamente la vieja y querida casilla rodante volvieron a recobrar más vida que nunca en la pandemia. Es que para aquellos viajeros empedernidos o "rodanteros" -como se les llama en la jerga a los amantes de este tipo de aventuras sobre ruedas- no hay nada como llevar el hotel o la casa a cuestas con todas las comodidades y requerimientos para la hora de pensar en salir de vacaciones y por ende, estar tranquilo en la propia burbuja y así evitar todo posible riesgo de contagio.

Al menos ese es el sustento que tiene Matías Grinstein, un emprendedor sanjuanino que pudo reinventarse con la aparición del coronavirus. Si bien hace un tiempo ya que se dedica a la remodelación y equipamiento de este tipo de movilidades, reconoce que hubo una verdadera multiplicación de clientes con la amenaza del virus que puso en alerta a todo el mundo y que cambió el modo de relacionarse cotidianamente. Estudiante casi frustrado de Arquitectura -solo fue un año y abandonó no porque no le gustara sino porque no sabía dibujar-, pudo poner en práctica algunas de sus habilidades técnicas pero, en mayor medida, su imaginación, su creatividad y su inventiva para resolver los problemas domésticos.

Últimamente por su taller ubicado en las cercanías de la esquina Colorada -en Rivadavia- han pasado 4 colectivos para convertirse en los modernos motorhome y dos casillas rodantes. Además Grinstein trabaja acondicionando los quirófanos móviles -algunos instalados en casas rodantes que circulan por todos los departamentos- que Ambiente utiliza para esterilizar mascotas. Además otro público cautivo, ya que este rubro no se limita a quienes vacacionan o hacen salidas recreativas, son empresas que ponen a punto colectivos para el traslado de personal que debe pernoctar en un sitio, en medio de tareas habituales. Eso sin contar el motorhome propio, que está construyendo a medida que tiene tiempo libre.

"Quizás ahora están de moda. Pero esta tendencia viene de las décadas del "70 y "80, cuando eran un furor. Luego se dejaron de usar masivamente porque los fanáticos nunca dejaron de tenerlas. Y con la pandemia reflotaron muchísimo para asegurarse no tener que compartir espacios comunes con desconocidos. En este último tiempo quien tenía una vieja casilla, la quiere reformar y muchos aprovecharon para comprar alguna movilidad para adaptar", cuenta este experto armador de casillas y motorhomes.

Hay que reconocer que la tendencia no es exclusividad sanjuanina ni tampoco se reduce a la Argentina. En realidad, el gusto, necesidad o posibilidad de viajar en casa rodante o motorhome es una corriente mundial que cada vez gana más adeptos porque entre otras ventajas incluye la alternativa de poder recorrer largas distancias sin tener que alojarse puntualmente en algún lugar, pararse dónde cada uno necesite o te guste y permite disfrutar de una travesía sin depender de horarios.

 

 

  • PARECIDOS PERO DIFERENTES

Aunque puedan parecer sinónimos de ese concepto que engloba el pasarla bien, disfrutando del camino, la naturaleza sin perder comodidades ni confort, las casillas o casas rodante y los motorhome no son lo mismo. En el primer caso, son unidades independientes, llamadas de remolque o de tiro que son enganchadas y traccionadas por otro automóvil. Generalmente tienen menos espacio disponible y por ende, su precio es más accesible. Mientras que los motorhome son estructuras que adaptan o montan sobre el chasis -puede ser una camioneta grande o furgón- o bien directamente se arman en el mismo vehículo, como suele suceder en el caso de los colectivos y las combis.

"La elección de uno u otro es una cuestión de gustos y costos, fundamentalmente. Aunque hay que reconocer que la mayoría prefiere o sueña con un motorhome porque es tal la disponibilidad en el interior que te permite disfrutar de todo el equipamiento desde la partida del viaje mismo. Por ejemplo, si hacemos una salida en familia o de amigos o de varias parejas en un motorhome, desde que nos subimos ya se va ocupando el espacio, alguien maneja y alguien puede ir preparando comida, mirando tele, los chicos jugando. En cambio, la casa rodante, va atrás del auto. Recién se puede aprovechar, cuando se estaciona. No es la misma experiencia en el viaje, aunque si es interesante al llegar a destino. Porque hay un detalle que no es menor y es que la casa rodante implica tener que tener todos los cuidados de manejo porque se va cargando un peso atrás. Si se pincha una rueda, si se frena de golpe, puede llegar a ser peligroso", explica.

Justamente el llevar durante muchos kilómetros tirando otra movilidad, tiene su consecuente costo en el consumo de combustible. Pero tampoco hay diferencias abismales, según calcula este experto. 

"El consumo en el vehículo es más o menos similar entre una casilla y un motorhome chico. Si se viaja en una camioneta que da 8 kilómetros con un litro de gas oil, si se le adosa una casilla rodante, te va a dar seis o cinco kilómetros, mientras que si se viaja en un motorhome a 80-90 kilómetros, el consumo será el mismo", indica.

 

 

  • Que no le falte nada

Se elija lo que se elija para viajar, hay que equiparlo con las dependencias, por así llamarlo a la ubicación de una cama, un baño con su ducha y una pequeña cocina. Claro que hay usuarios que deciden que no le falte nada. 

"Se le puede poner desde lo más básico hasta lo más exigente o exótico, se puede tener una casilla con solo una cama matrimonial y una cucheta, un baño con su lavamanos, su inodoro y su ducha y una cocina, que es lo standard. O se puede tener un palacio. Por ejemplo para un cliente armé un colectivo de dos pisos en el que tenía una rampa para llevar su auto. A ese motorhome le pusimos desplazables para que su dormitorio se pueda mover un metro hacia el exterior, como si fuese un balcón, y se pueda dormir bajo las estrellas porque tiene un techo vidriado. Tiene baño en suite y el comedor también es desplazable hacia afuera, permitiendo que en una enorme mesa con sillones comodísimos puedan compartir una cena hasta 9 personas. Tiene luces escondidas, sistema de sonido y un rack con un televisor enorme. Todo es rebatible, desmontable y se guarda dentro del colectivo", cuenta con lujo de detalles. 

La primer movilidad que intervino Matías fue hace ya 6 años. Un amigo, conocedor de su facilidad para el arreglo de artefactos de todo tipo, le pidió ayuda con su casa rodante. Quería que quedara "a punto" para llevarla al Club Náutico en el Dique de Ullum, un espacio donde habitualmente hay este tipo de movilidades, según la experiencia del constructor. Así lo hizo y muchos de los socios y conocidos no sólo se la ponderaron sino que le pidieron el dato de quién la había reparado. Ese fue el puntapié para que Matías empezara con este nuevo oficio y dejara de lado su pasado en los medios de comunicación (fue una de las caras del programa televisivo y tuvo dos radios), hizo producción de eventos y publicidades, también abrió una peluquería canina y un delivery de comida.

Con el paso del tiempo y la demanda, tuvo que buscar ayuda técnica para poder responder a los pedidos. Hoy está al frente de un equipo de tres personas más: él diseña y busca soluciones a todos los inconvenientes técnicos y situaciones que se plantea con cada vehículo, un herrero, un carpintero y otra persona que hace las tareas específicas de electricidad y pintura. 

"Los motorhome, especialmente, tienen tantos detalles que es imposible hacer un trabajo solo. Si bien mucho pasa por el sentido común y la creatividad, hay que ingeniárselas porque en el país hay muchos elementos o materiales que no se consiguen. Pero además hay que ocuparse de que hay muchísimas casillas viejas y deterioradas que hay que actualizar: por ejemplo, de fábrica vienen con instalaciones de 12 voltios y hay que adaptarlas a 220. Antes no hacía falta enchufes para cargadores de celulares, notebook ni siquiera televisores o tanto artefacto eléctrico. Ahora se les colocan luces led y enchufes en el interior y exterior inclusive. Ningún cable o caño se ve, todo va embutido. Es como en una casa", ejemplifica.

"Buena parte del trabajo es revestir columnas, hacer las divisiones internas, hacer las instalaciones de agua y de electricidad", agrega el hombre que está inmerso en un universo de maderas, poliuretano, cables, guías, topes, frenos, maderas, rulemanes, por citar algunos de los elementos cotidianos que utiliza.

Lo cierto es que hoy por hoy un motorhome o una casa rodante están equipadas con sistemas de electricidad -para enchufarse a la corriente eléctrica que provee un camping, con baterías o para tener acceso a los panes solares instalados en el vehículo pero también para dotar al horno y la pava eléctrica, calefactores y aires acondicionados, televisores y sistemas de audio-, wi-fi, televisión digital, sistema de agua con sus desagotes y canillas -llevan tanques con rompeolas (para evitar que el agua se agite mientras va en movimiento) que dividen el agua blanca (para consumo), grises (para el lavamanos y la ducha) y aguas negras (para el uso del inodoro y en algunos casos también bidet), entre otros elementos.

"Con semejante equipamiento, uno puede hacer realidad el sueño de estacionar en El Leoncito, el Dique, cualquier destino del país o donde sea, en medio de la nada, y poder pasar la noche bajo las estrellas, viendo un partido de fútbol o una serie favorita, comiendo lo que más te gusta. Eso no tiene comparación con otro tipo de alojamiento. Este gusto se transmite de generación en generación y no tiene edad para llevarlo a cabo, hombres, mujeres, niños que disfruten el campo, querrán tener su casilla o su motorhome", asegura.

 

 

  • EL QUID DE LA CUESTIÓN

 

¿Se puede adaptar un vehículo viejo o es fundamental tener una combi, camioneta o colectivo relativamente nuevo?

Matías Grinstein explica que "si se cuenta con un vehículo viejo, pero en buenas condiciones no hay problemas. La base no es el modelo, sino la condición. Por una cuestión de seguridad en la ruta y de costos porque por ejemplo una cubierta de un colectivo cuesta 100 mil pesos y para tener el propio motorhome hay que tener cubiertas en condiciones. Si vas a tener que comprar ruedas nuevas y si vas a tener que hacerle chapa y pintura porque la estructura esta picada por todos lados, termina no siendo conveniente. Lo mismo pasa con las casillas, algunas están tan deterioradas que hay que hacerlas enteras, solo sirve la chapa exterior pero en el interior hay que cambiar todo aislación, placas, etc. Se puede hacer igual, pero al fin y al cabo sale más caro".

Una cuenta rápida que saca Grinstein es que para adaptar un colectivo y convertirlo en motorhome hay que partir de un presupuesto de por lo menos un millón y medio de pesos. "Ahora se puede conseguir bastante accesible un colectivo urbano usado, de esos que tienen fecha de vencimiento para el uso público y por ende no se permite que lleven pasajeros al exterior, ni en el país ni en la provincia, pero siguen vigentes para su uso privado, no comercial por supuesto. Se los puede conseguir por 400 mil pesos y para armarlo, no hay techo, es como una casa. Se le puede poner de todo o sencillamente lo necesario", asegura.

Ha llegado a necesitar hasta 6 meses de trabajo para dejar un motorhome como lo soñó su dueño y en todos los casos, sí o sí, necesitan mantenimiento mínimo para especialmente para controlar que no se agoten las baterías, el estado de los sistemas de agua y de las cubiertas, pero también para cambiar y reparar todo tipo de roturas que puedan haberse ocasionado en un viaje.

¿Se necesitan permisos especiales para circular en estos vehículos?

"La nueva reglamentación dice que las casillas tienen que estar homologadas. Para eso habría que pesarlas pero no se hace. Para poder circular en una casilla por ejemplo, depende del tipo de carnet de conducir que cada uno tenga. Por ejemplo, en el carnet básico dice que se habilita a conducir casillas de hasta 750 kilos. Justamente ese peso depende de todo lo que uno le pone dentro, no solo en estructura sino también en equipamiento", explica el experto.

Hay motorhomes que tienen mayor peso y requieren que su conductor tenga otro tipo de categoría en su licencia de conducir.

¿Sí o sí hay que instalarse en un camping con una casa rodante o motorhome?

Además de depender de intereses y gustos personales, el lugar donde pernocta también está ligado a la seguridad y a la comodidad de los viajeros. Justamente en este último punto hay que tener en cuenta las instalaciones eléctricas que tiene la casa rodante, si tiene baño o no y se ha previsto donde cargar agua potable por ejemplo, para definir si se estaciona en un camping o zona poblada o queda a la intemperie de un espacio natural, según detalla Grinstein. Vale consignar que en la actualidad, la mayoría de los rodanteros, elige campings especialmente para evitar posibles robos.

 

 

Para saber más
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