El proyecto denominado "Un puente al empleo", presentado en el Congreso nacional por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, tiene como objetivo transformar de manera gradual, y con criterio federal, los diferentes programas sociales y prestaciones de la seguridad social en empleo formal, a la vez de llevar alivio económico a las pequeñas y medianas empresas.
La idea de convertir el asistencialismo oficial en trabajo registrado ya la habían anunciado tanto el presidente Alberto Fernández como los ministros de Desarrollo Social, primero en la gestión de Daniel Arroyo y luego por su sucesor Juan Zabaleta, previendo un acuerdo tripartito con las cámaras empresarias y las organizaciones sindicales.
Por su parte la iniciativa de Massa busca consolidar y dar sostenibilidad a la tendencia positiva en la generación de empleo dando previsibilidad a los trabajadores y a los distintos sectores de la economía, en particular atender la situación de las minipymes. Las mayores generadoras de puestos de trabajo genuino, según los adelantos del borrador que será discutido en la Cámara baja.
La reducción de hasta un 100% de las contribuciones patronales hasta por dos años en la nómina de 5 a 20 nuevos empleados, es positiva como también el esquema de protección y regularización de situaciones laborales precarias para que las empresas puedan blanquear su situación, libres de acciones penales que pudieran corresponder por la deuda de aportes y contribuciones.
Se sostiene en la propuesta legislativa la necesidad de consolidar y atender a este sector socioeconómico con medidas de estímulo para la reconversión del asistencialismo, pero sin duda el debate será difícil por la complejidad de un problema crónico de la cultura del clientelismo político, que ha hecho de la dádiva un medio de vida apoyado por la demanda de las organizaciones sociales y, por otra, parte la asfixia tributaria y financiera que soportan las pymes.
También se habla de criterio federal y surge el interrogante de las economías regionales, postergadas en estímulos estatales y con reclamos de vieja data agudizados en el tiempo. Es de esperar que este nuevo proyecto prospere teniendo en cuenta los intereses de todos los sectores de manera ecuánime y con sentido común.
