Viven encerrados por el mal olor y casi no pueden circular por la calle ni las veredas. Dicen que cada vez hay más mosquitos por las aguas servidas y que cada tanto los líquidos cloacales circulan por el lugar. Se trata de los vecinos de calle Corrientes, entre avenida Rawson y Aberastain, donde desde septiembre pasado están reemplazando los viejos caños de las cloacas. Pero es tan compleja la obra que en estas 3 cuadras, en 4 meses hubo unos 5 colapsos, según indicaron desde OSSE. Desde la repartición afirmaron que los problemas continuarán unos 6 meses más.
En esta zona de Capital, los caños de las cloacas eran tan viejos que a principios del 2017 se decidió reemplazarlos. La tarea no es sencilla porque tuvieron que hacer la traza en el mismo lugar donde está la cañería antigua. “En 4 meses tuvieron que destapar las zanjas por lo menos cinco veces porque salían líquidos cloacales. Por las noches el olor es insoportable. Tenemos que vivir encerrados en pleno verano”, dijo Isabel Muñoz. Por su lado, Rolando Caruso, gerente de Ingeniería de OSSE, explicó que se trata de “una obra de alto grado de complejidad porque no se puede hacer un trabajo paralelo tal como sucede en otros puntos de la provincia. Esto es porque las condiciones del terreno no lo permite. Por eso ocurren colapsos frecuentemente. Se trata de líquidos cloacales que salen a la superficie y que luego hay que bombearlos para seguir trabajando. Lamentablemente el problema del mal olor seguirá hasta que toda la obra, que debe llegar a calle Mendoza, esté terminada. Es decir, en al menos 6 meses más”.
Caruso explicó además que desde septiembre en varias oportunidades hubo colapsos con la red de agua y eso complicó más el avance del trabajo.
“Al mal olor se le suma que la calle está cortada y por la Rawson, donde también hicieron zanjas, nunca taparon bien y los pozos son cada vez más profundos”, dijo Iris Segovia, que tiene un negocio por la zona. Es que el problema de esta obra también afecta al tránsito que circula por avenida Rawson a la altura de la rotonda que deriva a Circunvalación y a Ruta 40 que va a Albardón.
MIRIAM SOLIS Vecina
“Tengo un kiosco y desde que comenzó la obra me bajaron las ventas. Esta calle era muy transitada. Pero además, hasta me quebré una pierna por las piedras que hay por todos lados tras haber realizado las zanjas para los caños”.
EDITH OLIVA Vecina
“Es una vergüenza. Desde septiembre que comenzaron a colocar los nuevos caños, tuvieron que volver a abrir un montón de veces las zanjas. En una oportunidad el agua inundó una de las casas de calle Corrientes y Caseros”.